16/07/2025 - Edición Nº890

Internacionales

Justicia internacional

Colombia e Israel en tensión: el impacto de la cumbre liderada por Petro

15/07/2025 | Colombia impulsa una cumbre con más de 30 países, cuestionada por su carga ideológica y limitada capacidad de impacto en el conflicto en Gaza.



El presidente Gustavo Petro inauguró en Bogotá la primera cumbre ministerial del Grupo de La Haya, con la participación de más de 30 delegaciones. El objetivo declarado: coordinar sanciones contra Israel por su ofensiva en Gaza. Sin embargo, el evento ha sido ampliamente interpretado como una puesta en escena ideológica, con escaso respaldo efectivo y un tono unilateral que ignora la complejidad del conflicto.

Petro ha presentado la cumbre como un "hito histórico para la justicia internacional", pero varios analistas señalan que su gobierno busca posicionarse como líder moral global sin asumir las consecuencias prácticas. Mientras Colombia rompe relaciones con Israel y suspende contratos, otros países observan con cautela lo que parece más un gesto populista que una política de Estado responsable.

Una narrativa parcial y sin contrapesos

La retórica de la cumbre omite el contexto de ataques sufridos por Israel y prioriza una visión unilateral del conflicto. Los organizadores han hablado de "crímenes de guerra" y "genocidio" sin mayor respaldo jurídico firme, lo cual ha sido criticado por expertos en derecho internacional. La falta de voces israelíes o de aliados occidentales refuerza la idea de una agenda cerrada y orientada políticamente.

Esta ausencia de balance y debate real convierte a la cumbre en un espacio donde se refuerzan prejuicios más que construir soluciones. En lugar de promover el diálogo entre partes, se consolidan posiciones extremas que podrían bloquear cualquier posibilidad de mediación efectiva desde los países convocantes.

Relatora cuestionada y respaldos dudosos

Entre las figuras centrales estuvo Francesca Albanese, sancionada por EE.UU. y criticada por su sesgo antiisraelí. Su participación subraya el perfil ideologizado del evento, que se aleja de los estándares de neutralidad diplomática y debilita aún más la legitimidad de la iniciativa.

Lejos de generar consensos, Albanese ha sido una figura polarizante incluso dentro de Naciones Unidas. Su presencia, lejos de sumar legitimidad, contribuyó a que varias delegaciones mantuvieran distancia respecto a los postulados más radicales promovidos desde Bogotá.

Consecuencias económicas y militares para Colombia

El gobierno colombiano ha suspendido compras a empresas israelíes, medida que ha incomodado a sectores de la Fuerza Pública por afectar acuerdos clave en defensa. Además, se estudia una posible prohibición de inversión en empresas vinculadas al sector militar israelí, lo que podría tener efectos negativos en la economía e inversiones internacionales.

Esta postura ha generado inquietud entre empresarios y analistas, que advierten sobre el impacto reputacional y comercial que tendría para Colombia asumir un liderazgo sin respaldo multilateral sólido. La improvisación y el aislamiento pueden terminar debilitando sectores estratégicos sin obtener beneficios reales en el plano diplomático.

Críticas internas y fractura diplomática

La cumbre es una acción imprudente. Con esto Colombia rompió con su tradición de diplomacia prudente para embarcarse en una aventura ideológica que puede costar caro.

Aunque algunos sectores sociales apoyan la iniciativa, el respaldo es frágil y podría ceder frente a los efectos concretos. La política exterior no puede sustentarse en coyunturas emocionales, y la falta de institucionalidad multilateral vuelve aún más riesgosa la apuesta del Ejecutivo.

Rechazo global y aislamiento regional

Mientras EE.UU. y varios países europeos rechazan las acusaciones de genocidio, naciones como Brasil o Chile se han limitado a declaraciones generales. El Grupo de La Haya carece de peso real en el sistema internacional, y su postura intransigente podría profundizar el aislamiento diplomático de Colombia, sin lograr cambios reales en la situación de Gaza.

Este tipo de protagonismo simbólico puede reforzar la narrativa interna del gobierno, pero carece de efectividad práctica en el terreno internacional. Los costos superan ampliamente los beneficios, y la falta de una estrategia de seguimiento augura una desarticulación temprana del bloque.

Extrañas decisiones

La cumbre organizada por Petro representa más una estrategia de visibilidad política internacional que un esfuerzo eficaz de política exterior. En lugar de construir puentes, Colombia ha optado por una vía confrontativa, sin el respaldo necesario ni las capacidades para sostenerla.

La probabilidad de que estas medidas afecten realmente la política israelí es baja, mientras que el riesgo de deterioro en las relaciones internacionales del país es alto. El balance, por ahora, es claramente desfavorable.