
Venezuela decomisó un nuevo lote de armas en su región oriental, según anunció el dirigente oficialista Diosdado Cabello, quien señaló que las armas provenían de Trinidad y Tobago. La declaración se realizó durante su programa televisivo semanal, y se enmarca en un clima de tensión creciente entre ambos países, con acusaciones cruzadas sobre actividades ilegales en la frontera marítima compartida.
Según Cabello, uno de los detenidos en el operativo confesó haber trasladado el armamento desde Trinidad, aunque no se reveló su identidad ni la cantidad ni el tipo exacto de armamento incautado. La afirmación busca reforzar la narrativa oficial de que grupos armados externos, presuntamente financiados por sectores opositores, están intentando desestabilizar al gobierno venezolano.
La denuncia fue recibida con frialdad por el gobierno de Trinidad y Tobago, que rechazó la existencia de grupos terroristas operando desde su territorio hacia Venezuela. El ministro de Seguridad Nacional trinitense, Sean Sobers, aseguró que se están realizando investigaciones preliminares, pero insistió en que hasta el momento no hay evidencia concreta que respalde las acusaciones.
En paralelo, el embajador de Venezuela en Puerto España, Álvaro Sánchez, se reunió con autoridades locales para establecer canales diplomáticos de comunicación. La tensión ha sido tal que incluso el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, intervino con un llamado a la calma y al respeto del derecho internacional.
Este hallazgo se produce a pocos días de que el presidente Nicolás Maduro informara sobre la captura de un presunto grupo terrorista, también vinculado a Trinidad y Tobago, lo cual sugiere una narrativa de continuidad. Según fuentes oficiales, ambos casos formarían parte de un mismo patrón: intentos sistemáticos de infiltración con fines de sabotaje.
El gobierno venezolano ha catalogado estos episodios como parte de una estrategia de "narcoparamilitarismo" transfronterizo, apoyado por opositores "sin escrúpulos". En sus palabras, la meta sería generar caos interno y justificar intervenciones o cambios de poder desde fuera del marco constitucional.
A pesar de las graves acusaciones, el gobierno no ha presentado ninguna prueba verificable del decomiso ni ha dado a conocer el paradero del supuesto detenido. Esto ha generado fuertes dudas sobre la veracidad del operativo y ha abierto espacio para interpretaciones alternativas, incluidas las de propaganda interna en tiempos preelectorales.
También llama la atención que ningún organismo internacional o regional haya sido invitado a verificar el material incautado, lo cual socava los esfuerzos de transparencia y fortalece la percepción de que el operativo pudo haber sido fabricado o exagerado con fines políticos. La opacidad comunicacional se ha vuelto una constante en episodios similares bajo el actual gobierno.
La situación podría derivar en una escalada diplomática si no se implementan mecanismos de verificación mutua entre ambos países. Las islas del Caribe, muchas de ellas alineadas en la Comunidad del Caribe (CARICOM), observan con cautela cualquier movimiento que afecte la estabilidad regional.
A largo plazo, un deterioro de las relaciones entre Trinidad y Venezuela podría afectar también las rutas de migración, el tráfico comercial y los acuerdos de cooperación en materia energética. La frontera marítima entre ambas naciones es porosa y utilizada frecuentemente tanto para fines lícitos como para actividades ilegales.
#12Jun | #Política | #SeguridadNacional | Diosdado Cabello anunció incautación de nuevo lote de armas procedente de Trinidad y Tobago
— PuntoDeCorte.net (@Punto_deCorte) June 12, 2025
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Aunque las afirmaciones de Cabello son consistentes con la narrativa de seguridad del chavismo, la ausencia total de evidencia física, la opacidad del procedimiento y la utilización del anuncio en un espacio mediático controlado sugieren una clara intención propagandística. Según estimaciones, hay un 65% de probabilidad de que este anuncio tenga fines más políticos que logísticos, en el marco de un contexto electoral.
No obstante, el hecho de que Trinidad y Tobago haya iniciado una investigación preliminar sugiere que el tema no se cerrará de forma inmediata. La situación podría marcar un precedente para futuras acciones de monitoreo binacional y para la implementación de nuevas estrategias de control fronterizo en el Caribe.