Los intrigantes chats en el caso de la enfermera que se casó con su paciente para quedarse con sus bienes

“Quiero estar con vos, acompañarte. ¿Por qué no te dejás ayudar? ¿Estás solo ahora?”, escribió Natacha Zukerman en uno de los tantos mensajes dirigidos a su padre, el reconocido psiquiatra Rubén Zukerman, poco antes de su muerte. La respuesta fue seca, como si no fuera él: “No hay manera, después hablamos”. Ese intercambio, junto con otros igualmente fríos y desconcertantes, se convirtió en el primer indicio de que algo no estaba bien.

La muerte de Zukerman, ocurrida en Bahía Blanca, abrió una investigación judicial que cuenta con denuncias por violencia, un matrimonio irregular y un intento de cremación ilegal. Pero fue en esos mensajes, aparentemente escritos desde su celular, donde la hija del médico comenzó a advertir las primeras señales de alerta.

Según Natacha, los textos que le llegaban no se correspondían con el tono, el estilo ni la lógica expresiva habitual de su padre. En uno de los audios que le envió, le dijo con impotencia: “Yo estuve el otro día en Bahía Blanca, fui a verte, no me atendías y ya no sé cómo acercarme”. La respuesta fue una línea distante: “Bueno, yo ya te voy a decir cómo y cuándo”.

Las dudas no tardaron en acumularse. Zukerman ya no atendía el teléfono, no respondía al timbre, y cuando su hija pidió a conocidos que fueran a su casa a verificar su estado, él no abría la puerta. Todo esto se daba en un contexto complejo: una enfermera que había pasado de cuidadora a figura dominante, y que tras la muerte del psiquiatra aseguró haberse casado con él poco antes de su fallecimiento.

Ese supuesto matrimonio es hoy uno de los puntos más polémicos del expediente judicial. La abogada Laura Bentivegna, representante de Natacha, denunció que la firma del acta matrimonial no coincide con la habitual del médico, lo que motivó una solicitud formal de pericia caligráfica. “Nosotros hicimos una presentación porque en el certificado no surge la firma habitual de Zukerman. Por eso requerimos que esa situación también se investigue”, explicó.

Pero los chats, que fueron revelado por Telenoche, fueron el primer síntoma de una trama más profunda. En paralelo, la cuidadora, Claudia Alejandra Simón, intentó cremar el cuerpo sin contar con una causa de muerte asentada en el certificado de defunción, lo que llevó a que la funeraria Bonacorsi se negara a realizar el velatorio y diera aviso a la Justicia. El gesto no solo fue irregular desde lo legal, sino que también representó una falta grave frente a las creencias religiosas del psiquiatra, practicante activo del judaísmo.

El expediente suma otras pruebas inquietantes. En 2023, el propio Zukerman denunció a Simón por agresión física, en un contexto donde, según relató entonces, ella insistía en casarse con él y él se negaba. Además, salió a la luz que la enfermera posee antecedentes penales por defraudación con uso indebido de tarjetas de crédito y débito.

La fiscal del caso, Marina Lara, confirmó que la autopsia arrojó como causa de muerte una insuficiencia cardiorrespiratoria, pero aclaró que todavía se esperan los estudios toxicológicos para descartar cualquier otra intervención. “Es una muerte natural, pero faltan estudios complementarios”, señaló.

En tanto, Natacha insiste con obtener respuestas claras. “Hay muchas cosas que no cierran. Quiero saber si mi papá realmente fue quien tomó esas decisiones o si alguien lo manipuló”, dijo. Por ahora, Simón no está imputada, pero su nombre aparece en cada hilo suelto de esta historia.