
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó su nueva estrategia para la Argentina y comprometió un paquete de financiamiento de hasta U$S 10.000 millones para los próximos tres años.
De los fondos totales, el organismo estima que U$S 3.000 millones se desembolsarán este mismo año, siempre que se cumplan los compromisos asumidos por el Gobierno. En tanto, el resto se asignará entre 2026 y 2028.
La hoja de ruta presentada por el BID contempla un esquema equilibrado entre reformas estructurales, inversión productiva y atención a la vulnerabilidad social. Los fondos se dividirán en dos grandes bloques:
Los tres ejes principales de la estrategia son:
La estrategia fue celebrada por el Gobierno como una muestra de confianza en su rumbo económico. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, afirmó que “es una validación del sendero de equilibrio fiscal, apertura e institucionalidad”. También destacó que el acuerdo permitirá fortalecer el vínculo con el BID, una fuente clave de financiamiento en moneda extranjera a tasas blandas.
Sin embargo, el informe aprobado por el directorio del organismo no elude las advertencias. El BID reconoció avances en materia de disciplina fiscal -como el superávit primario logrado en el primer semestre-, pero alertó sobre tres factores de riesgo:
Los primeros desembolsos podrían concretarse antes de fin de año y estarán atados al avance de proyectos y al cumplimiento de metas. Entre las iniciativas ya en carpeta figuran obras de infraestructura, mejoras en transporte urbano, modernización del sistema previsional (PAMI) y digitalización de la gestión estatal.
Desde el BID aseguran que el apoyo financiero estará acompañado de asistencia técnica permanente y una estrategia de monitoreo para garantizar la sostenibilidad de las reformas.