
A cuatro años de la desaparición de Sergio Aldana, la Justicia federal relanzó las medidas para intentar determinar su paradero. La fiscal María Eugenia Sagasta, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°40, solicitó incorporar información genética de su familia al sistema “NombrAR”, una base de datos destinada a identificar personas extraviadas o fallecidas que aún no han sido reconocidas.
La tarea fue encomendada a la Secretaría de Identificación y Búsqueda de Personas Extraviadas (SIBu), que depende de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (UFECRI), bajo la dirección de Romina Del Buono. El objetivo principal es permitir que, ante eventuales coincidencias forenses, se pueda identificar a Sergio o esclarecer su destino.
Aldana fue visto por última vez el 22 de mayo de 2021, cuando tenía 28 años, en las inmediaciones de la terminal de ómnibus del barrio porteño de Liniers. De nacionalidad boliviana, había ingresado al país de forma intermitente, según relató su pareja en la investigación: cruzaba habitualmente por el Paso Internacional La Quiaca-Villazón, aunque en ocasiones utilizaba caminos irregulares, incluso a pie y sin registros migratorios formales.
Frente al tiempo transcurrido y la ausencia de resultados en los operativos de búsqueda previos, Sagasta dispuso una nueva línea de acción. Se tomó la recomendación de Del Buono para avanzar con la extracción de material genético a los familiares directos, con el objetivo de cargar esos datos en el sistema “NombrAR”, desarrollado por la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP).
Este sistema fue estructurado sobre una base técnica provista por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y permite entrecruzar información biológica con registros dactiloscópicos, datos migratorios y hallazgos de cuerpos no identificados. La SIBu colabora activamente con distintas instancias judiciales y puede comunicarse directamente con fiscalías o juzgados para informar hallazgos, recomendar medidas y contactar a familiares con acompañamiento profesional.
También se solicitó la colaboración de la Dirección General de Cooperación Regional e Internacional (DIGCRI), que encabeza Diego Solernó, para determinar si Sergio pudo haber ingresado nuevamente a Bolivia, país donde aún reside parte de su familia.
La esperanza de poder establecer qué ocurrió con Sergio Aldana Mamani ahora se apoya en la posibilidad de obtener una coincidencia genética o dactilar en alguno de los casos de personas fallecidas sin identificar.