
El sector avícola recibió la noticia de un caso de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP). Según informó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) el caso se confirmó en un predio de aves de traspatio en la localidad bonaerense de Lezama. En este caso, se arribó al diagnóstico luego de realizar los análisis correspondientes a muestras de gallinas, pavos y faisanes.
Este episodio no es el primero de 2025. El pasado mes de febrero, el organismo sanitario detectó un foco en aves de traspatio en la provincia de Chaco y en ese caso, el Senasa delimitó una zona de vigilancia sanitaria en un área de 10 kilómetros a la redonda.
A nivel regional, el antecedente más cercano fue en Brasil. A mediados de mayo, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA) del vecino país confirmó la detección de IAAP en una granja de aves de corral en Montenegro, estado de Río Grande do Sul,
Desde el Senasa buscaron llevar tranquilidad. “Es importante destacar que la presencia de esta enfermedad en aves de traspatio no afecta el estatus sanitario del país ni condiciona las actividades comerciales de mercancías aviares”, explicaron.
Para evitar la propagación del virus, el organismo nacional puso en marcha el protocolo sanitario establecido, que implicó la intervención en el predio afectado, el despoblamiento y disposición final, con la aplicación posterior de medidas de higiene y desinfección del lugar.
Además, estableció el área de prevención de 10 kilómetros alrededor del brote, a los fines de efectuar la vigilancia epidemiológica de la zona delimitada.
Ante esta detección, el Senasa recomendó a todos los establecimientos avícolas reforzar sus medidas de manejo, higiene y bioseguridad, entre ellas:
Para quienes cuenten con aves de traspatio, es importante mantenerlas en espacios protegidos, para evitar un eventual contacto con aves silvestres, principales transmisores del virus.
Las otras recomendaciones del Senasa son limpiar y desinfectar periódicamente los gallineros; utilizar ropa y calzado exclusivo para la manipulación de las aves y restringir el acceso de aves silvestres a fuentes de agua y comida de los gallineros.
“En caso de observar mortandades en aves o signos clínicos compatibles con la enfermedad, es fundamental dar aviso al Senasa para su respuesta inmediata y atención de la sospecha”, recomendaron.