
El Ministerio de Economía publicó este miércoles el estado de las cuentas públicas correspondientes a junio, y volvió a mostrar resultados positivos. Luego de pagar todos los gastos, el Sector Público Nacional registró un superávit fiscal primario de $790.533 millones, que, tras el pago de intereses de deuda por $239.299 millones, dejó un resultado financiero positivo de $551.234 millones.Así, Caputo logra por sexto mes consecutivo mostrar que las cuentas fiscales se mantienen a raya.
En la primera parte de 2025, se consolidó un superávit primario de 0,9% del PBI y un superávit financiero de 0,4%. El ministro de Economía lo celebró en redes sociales.
¿Cómo se llegó al superávit?
En junio, los ingresos públicos crecieron un 1,5% interanual en términos reales, por encima del gasto primario, que apenas subió un 0,6% frente a junio de 2024. Pero el verdadero recorte se revela cuando se compara con 2023: el gasto primario fue un 35% menor en términos reales, mostrando el impacto profundo de la política de ajuste.
Los ingresos continuaron mostrando una dinámica errática: mientras que impuestos como Ganancias (-29%) y el Impuesto PAIS (-56%) se desplomaron en términos reales, otros tributos como el IVA (+8%), la Seguridad Social (+13%) y los Derechos de Exportación (+93%) lograron sostener la recaudación.
Por dónde pasó la motosierra
El recorte no fue uniforme. Algunos gastos crecieron en términos interanuales si se los compara con 2024, pero la mayoría sigue muy por debajo de los niveles de 2023.
1. Prestaciones que repuntan pero no alcanzan:
2. Los grandes perdedores del ajuste:
3. El ajuste sobre el empleo público:
El gasto en salarios cayó 7% interanual y 25% respecto a 2023. El Ejecutivo despidió a más de 50.000 trabajadores y recortó fuertemente los sueldos de quienes permanecen en la administración. El Estado gasta hoy apenas tres cuartas partes de lo que destinaba a salarios hace dos años, en términos reales.
¿Alcanza este nivel de ajuste?
Con estos números, el Gobierno parece encaminado a cumplir la meta del FMI de superávit primario del 1,3% del PBI en 2025. Sin embargo, el propio presidente Javier Milei elevó la vara al 1,6%, lo que obliga a profundizar aún más el recorte del gasto en los próximos meses.
El interrogante ahora no es si habrá ajuste, sino por dónde pasará la motosierra en el segundo semestre. Con ingresos que no terminan de despegar y gastos ya exprimidos al límite en varias áreas, el margen para seguir recortando parece cada vez más acotado.R