
Con exportaciones por U$S 7.275 millones e importaciones por U$S 6.370 millones, el comercio exterior argentino cerró junio con un superávit de U$S 906 millones, según informó este miércoles el INDEC. El dato representa el mejor resultado mensual del año y extiende a 19 meses consecutivos la racha positiva de la balanza comercial.
Sin embargo, más allá del número general, el informe deja lecturas contrapuestas. Por un lado, las exportaciones crecieron por segundo mes consecutivo, mostrando una mejora en los volúmenes enviados al exterior. Pero por otro, las importaciones se aceleraron con fuerza, lo que acorta el margen de superávit y podría generar tensiones si no se consolida el ingreso de divisas.
En junio, las ventas al exterior crecieron un 10,8% interanual. El dato es positivo y fue impulsado principalmente por un aumento del 11,2% en las cantidades exportadas, aunque los precios cayeron 0,4%, reflejando cierto deterioro en los términos de intercambio.
Entre los sectores más dinámicos se destacaron los combustibles y la energía (+74,2% interanual) y los productos primarios (+25%). También repuntaron las manufacturas industriales (+25,5%) y las de origen agropecuario (+34,9%), aunque todavía se mantienen por debajo de sus picos históricos.
Entre los principales productos exportados se destacaron el maíz en grano, el aceite de soja, el petróleo crudo, los vehículos y el oro no monetario. Según el INDEC, los diez productos más exportados representaron el 59,4% del total nacional.
El dato más llamativo del informe fue el incremento interanual de las importaciones, que subieron un 35,9% respecto a junio de 2024. El crecimiento fue traccionado por un aumento del 53,2% en las cantidades, mientras que los precios internacionales bajaron un 11%.
Sin embargo, al observar la serie desestacionalizada, el INDEC reportó una caída del 5,7% en comparación con mayo, lo que sugiere una leve desaceleración tras varios meses de crecimiento.
Entre los rubros con mayores subas se destacaron:
En junio, el principal socio comercial de la Argentina fue nuevamente Brasil, con un comercio bilateral que dejó un déficit de USD 615 millones. Las exportaciones al país vecino crecieron 8,3%, pero las importaciones se dispararon 68,7%, lo que refleja un fuerte rebote en la demanda local de productos brasileños, especialmente autos y maquinaria.
Con China, el segundo socio, también se registró un saldo negativo de USD 423 millones. Las ventas argentinas cayeron 17,8%, mientras que las compras crecieron 92,2%, principalmente en productos industriales e insumos.
La relación con la Unión Europea también dejó un déficit comercial de USD 188 millones, aunque con una dinámica más moderada: exportaciones en baja (-21,5%) e importaciones con leve suba (+5,4%).
Desde el sector privado advierten que el margen de maniobra se achica. El economista Gustavo Ber señaló que “el aumento de las importaciones refleja una normalización del comercio, pero también presiona sobre las reservas del BCRA en un contexto de menor liquidación del agro”.
Por su parte, un informe reciente de BBVA Research indicó que “la apertura importadora y la reactivación de algunas ramas productivas pueden sostener la actividad a corto plazo, pero si las exportaciones no repuntan más fuerte, el equilibrio externo volverá a tensionarse”.