20/07/2025 - Edición Nº894

Internacionales

Política migratoria

Kenia abre sus fronteras sin visa, pero Haití queda afuera: ¿por qué?

20/07/2025 | Kenia elimina visado para África y el Caribe, pero Haití, Somalia y Libia quedan fuera por "razones de seguridad".



En una decisión histórica, el gobierno de Kenia anunció la apertura de sus fronteras sin necesidad de visa para la mayoría de los países africanos y varias naciones del Caribe. Esta medida, promovida por el presidente William Ruto, busca fomentar el turismo, el comercio y la integración regional, y entró en vigor oficialmente en julio de 2025 tras una resolución de gabinete emitida a comienzos de año.

La nueva política permite estancias de hasta 60 días, y hasta seis meses para ciudadanos de la Comunidad de África Oriental (EAC). Según las autoridades kenianas, la iniciativa forma parte de una estrategia para posicionar al país como un centro de conexión continental, agilizando trámites fronterizos y promoviendo la movilidad.

Las excepciones que incomodan

La medida generó polémica al excluir a Haití, Somalia y Libia. El gobierno justificó esta decisión alegando “preocupaciones de seguridad” vinculadas a situaciones de violencia, inestabilidad política y riesgos para el control fronterizo. “No se trata de discriminación racial, sino de una evaluación basada en riesgos concretos”, aclararon fuentes del Ministerio del Interior.

La exclusión de Haití fue particularmente criticada. Sectores del Caribe y representantes de la diáspora haitiana cuestionaron que esta medida contradiga el espíritu de cooperación Sur-Sur que promueve Kenia. “Nos duele ver cómo Haití sigue siendo marginado incluso por países hermanos”, expresó una activista haitiana en Nairobi.

La paradoja haitiana

El contexto geopolítico aumenta la tensión: Kenia lidera actualmente una misión multinacional de seguridad en Haití, auspiciada por Naciones Unidas, destinada a estabilizar el país caribeño frente a la violencia de las pandillas y el colapso institucional. Por ello, la decisión de no incluir a Haití en el régimen de visa libre ha sido interpretada por algunos como una señal contradictoria.

Mientras por un lado ofrece ayuda militar y diplomática, por otro bloquea la movilidad de ciudadanos haitianos, generando dudas sobre la coherencia de su política exterior. La aparente desconexión entre el discurso y la acción podría erosionar la legitimidad de la misión keniana en el Caribe.

Somalia y Libia: razones de seguridad

En el caso de Somalia, la exclusión responde a una larga historia de tensiones bilaterales con Nairobi, incluyendo disputas marítimas y la presencia de grupos armados como Al Shabaab. Las autoridades kenianas consideran que la inestabilidad somalí representa un riesgo directo a su seguridad nacional.

Libia, por su parte, sigue siendo percibida como un Estado colapsado tras la caída de Gaddafi, con flujos migratorios descontrolados y múltiples gobiernos enfrentados. En ambos casos, la evaluación de riesgos ha sido el criterio determinante según el Ejecutivo.

Un modelo con advertencias

Pese a las críticas, analistas destacan que la política de apertura sin visado representa un modelo innovador dentro de África. “Kenia se convierte en un referente para repensar las fronteras en el continente”, opinó un académico de la Universidad de Pretoria. La medida podría inspirar a otros países a adoptar mecanismos similares.

No obstante, también advierten que el país debe evitar reproducir patrones de exclusión histórica, especialmente hacia naciones con vínculos culturales y coloniales compartidos. La coherencia y transparencia en los criterios de admisión serán claves para legitimar la propuesta en el largo plazo.

Hacia una nueva movilidad regional

La iniciativa se suma a otras acciones del gobierno keniano en materia migratoria, como la eliminación de visas tradicionales y la implementación del sistema de autorización electrónica de viaje (eTA), así como una visa especial para nómadas digitales lanzada en 2024. Kenia se posiciona como un país pionero en materia de facilitación de viajes.

Con esta política, Nairobi apuesta por una mayor integración regional y por fortalecer sus vínculos con la diáspora africana y caribeña. Sin embargo, el impacto real de la medida dependerá de su capacidad para equilibrar apertura, seguridad y coherencia diplomática.

Un política polémica 

La política migratoria de Kenia marca una jugada estratégica en el tablero africano. La apertura sin visado puede fortalecer vínculos y dinamizar la economía, pero sus exclusiones selectivas revelan tensiones geopolíticas no resueltas. En el caso haitiano, el contraste entre liderazgo diplomático y cierre migratorio pone en jaque la coherencia del discurso oficial.

Si bien la seguridad es una preocupación legítima, la percepción de arbitrariedad puede afectar el impacto positivo de la iniciativa. Kenia enfrenta el desafío de liderar sin excluir, de abrir sin jerarquizar. Y en esa tensión se jugará gran parte de su proyección internacional en esta década.