
En los últimos días, circuló ampliamente en redes sociales una afirmación contundente: Burkina Faso estaría construyendo canales de irrigación por todo el país para resolver la escasez de agua y lograr la soberanía alimentaria. El mensaje, replicado con entusiasmo por simpatizantes del gobierno militar, sitúa a estos canales como herramientas clave para cultivar trigo incluso en zonas desérticas, particularmente en el norte, región golpeada por el yihadismo.
El presidente de transición, Ibrahim Traoré, aparece en estos mensajes como el impulsor de una revolución agrícola. Las publicaciones afirman que actualmente se está construyendo el canal de irrigación de Yako-Dourou, al noroeste de Uagadugú, y presentan imágenes que mostrarían obras en curso.
Sin embargo, al contrastar esta información con fuentes independientes, surgen dudas. No existen registros oficiales ni reportes periodísticos confiables que confirmen la existencia de una red nacional de canales de riego o la construcción del canal mencionado.
Tampoco hay declaraciones del gobierno burkinés, ni informes del Ministerio de Agricultura, que documenten proyectos de esta escala. Los únicos rastros disponibles son videos no verificados en YouTube y publicaciones de cuentas personales en redes sociales. Ningún medio con presencia internacional ha cubierto el tema.
Burkina Faso vive una situación crítica. Más del 40% del territorio está fuera del control estatal, bajo el asedio de grupos yihadistas. El norte, donde supuestamente se concentra la nueva infraestructura, es justamente una de las zonas más inaccesibles.
En este contexto, el gobierno de Traoré ha utilizado intensamente redes sociales y propaganda visual para reforzar su imagen interna. Su discurso gira en torno a la autosuficiencia alimentaria y el rechazo a la influencia extranjera, lo cual encaja con este tipo de mensajes sobre megaproyectos agrícolas.
La estrategia no es nueva. En otros países africanos con regímenes militares o autoritarios se ha documentado la difusión de logros no verificables para sostener la legitimidad del poder. En este caso, la falta de datos duros y evidencia concreta sugiere que podríamos estar ante una campaña propagandística más que un plan estructurado de desarrollo.
Además, el uso de palabras clave como “trigo”, “canales”, “soberanía” y “desierto” parece apuntar a una narrativa heroica de autosuficiencia frente a enemigos internos y externos. Sin embargo, ningún organismo internacional (FAO, ONU, etc.) ha confirmado avances en la producción agrícola a gran escala en Burkina Faso bajo esta administración.
🇧🇫🌾 | Burkina Faso está construyendo CANALES DE IRRIGACIÓN por TODO el país para distribuir el riego a las zonas de cultivo con MAYOR ESCASEZ DE AGUA.
— Néstor Siurana (@nestorsiurana) July 19, 2025
Ibrahim Traoré, presidente del país, tiene como objetivo conseguir la SOBERANÍA ALIMENTARIA TOTAL de Burkina Faso.
Con estos… pic.twitter.com/r8Lb6woVk8
La historia del canal de irrigación en Burkina Faso debe leerse con precaución. Aunque es deseable que se impulsen proyectos de riego en zonas áridas, la ausencia total de evidencia verificable sugiere que estamos ante una afirmación dudosa.
Mientras tanto, la situación humanitaria y de seguridad en el país se deteriora. La verdadera soberanía alimentaria no se logra con promesas virales, sino con planificación, transparencia y datos comprobables. Hasta entonces, el canal de Yako-Dourou es más una imagen en redes que una realidad en el terreno.