27/07/2025 - Edición Nº901

Internacionales

Negociaciones tensas

Putin y la paz condicionada: ¿cómo reaccionará Ucrania?

20/07/2025 | El Kremlin afirma estar abierto a la paz, aunque sin renunciar a sus objetivos militares y territoriales.



En un nuevo giro diplomático, el presidente ruso Vladimir Putin aseguró estar listo para discutir una salida negociada a la guerra con Ucrania. Pero, según el portavoz Dmitri Peskov, esa disposición está condicionada a que se mantengan intactos los objetivos estratégicos del Kremlin, lo que incluye el reconocimiento de los territorios anexados y la exclusión permanente de Ucrania de la OTAN.

Lejos de representar una flexibilización, el gesto de Putin aparece como una maniobra de control narrativo: abrir la puerta al diálogo mientras se consolida en los hechos la ocupación de zonas como Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. La retórica de paz, en este contexto, parece más una herramienta geopolítica que una señal de rendición.

Kiev busca una apertura real

Del lado ucraniano, el presidente Volodímir Zelenski propuso reiniciar las conversaciones con Rusia esta misma semana, buscando una fórmula para contener la escalada y evitar nuevas ofensivas. Para Ucrania, cualquier negociación debe partir de un cese inmediato de hostilidades y el respeto pleno de su soberanía territorial.

El contraste es evidente: mientras Moscú plantea condiciones que consolidan la guerra, Kiev intenta recuperar la agenda diplomática. Aún así, Zelenski enfrenta la presión de sectores que desconfían de ceder terreno político justo cuando la resistencia militar ha logrado frenar varios avances rusos.

Estados Unidos: respaldo y ultimátum

Desde Washington, el presidente Donald Trump elevó la tensión al lanzar un ultimátum de 50 días para alcanzar un alto el fuego. En paralelo, el Pentágono intensificó el envío de armamento avanzado, incluyendo misiles Patriot y drones tácticos, fortaleciendo las capacidades defensivas de Ucrania.

La combinación de presión diplomática y respaldo militar deja a Rusia en una encrucijada. Aunque mantiene el control de varias regiones ocupadas, el costo interno de la guerra -económico y social- se multiplica. Putin necesita mostrar resultados sin aparecer derrotado, lo que explicaría la oferta controlada de diálogo.

Entre la paz retórica y la guerra concreta

Putin parece apostar a un doble juego estratégico: proyectar voluntad de negociación hacia Occidente mientras refuerza su presencia militar en el terreno. La ambigüedad le permite ganar tiempo, legitimar sus anexiones y fracturar apoyos internacionales a Ucrania, especialmente en el sur global.

Pero esa táctica podría volverse en su contra. Si Kiev y sus aliados logran sostener la presión sin romper la unidad diplomática, la narrativa rusa de “paz bajo condiciones” podría evidenciarse como lo que es: una táctica dilatoria. El margen para la propaganda se achica cuando las consecuencias humanas y materiales del conflicto siguen en aumento.


Vladímir Putin

Cautela en el accionar 

La disposición de Putin a negociar debe analizarse con cautela. No es una señal de debilidad, sino parte de una estrategia calculada para consolidar sus logros sin renunciar al uso de la fuerza. Mientras Ucrania y sus aliados insisten en una paz con justicia territorial, Moscú busca imponer una paz con condiciones. El desenlace dependerá de quién logre dominar el tiempo, la narrativa y el terreno.