22/07/2025 - Edición Nº896

Internacionales

Linaje perdido

Instituto Max Planck revela nuevo linaje humano en Colombia: detalles

22/07/2025 | Un hallazgo sin precedentes en el altiplano de Cundinamarca cuestiona las teorías sobre el poblamiento de América y desvela un linaje sin descendientes.



Un equipo internacional de científicos ha identificado en Colombia el linaje genético más antiguo del país, perteneciente a un grupo de cazadores-recolectores que habitó el altiplano cundiboyacense hace unos 6.000 años. La investigación, publicada en Science Advances, incluye genomas completos de 21 individuos y posiciona a Colombia en el centro de los debates sobre el origen de los primeros americanos.

La principal revelación es la existencia de un linaje humano jamás registrado en otras poblaciones del continente. Este grupo genéticamente único no comparte ascendencia directa con ningún pueblo actual ni con otras culturas originarias de América. Según los investigadores, su huella desapareció abruptamente hace unos 2.000 años, sin dejar descendientes.

Un linaje sin conexión continental

El hallazgo fue liderado por instituciones como el Instituto Max Planck de Alemania y la Universidad Nacional de Colombia. Los resultados muestran que los primeros habitantes del altiplano bogotano no estaban emparentados ni con poblaciones de Norte ni de Suramérica. Su ADN constituye un linaje basal, es decir, una rama primitiva de la humanidad que no se fusionó con otras posteriores.

Este dato desafía las teorías más extendidas sobre el poblamiento del continente, que sostenían una migración continua desde Bering hacia el sur. La evidencia genética sugiere ahora una historia mucho más fragmentada y diversa, con entradas poblacionales previas y aisladas.

Andrea Casas y el trabajo pionero

La bióloga Andrea Casas Vargas, una de las principales responsables del proyecto, ha dedicado más de dos décadas al estudio del ADN antiguo en Colombia. Con formación en bacteriología, genetista humana y doctora en biología, Casas ha liderado un trabajo interdisciplinario que marca un antes y después en la antropología del país.

"Es un linaje que no tiene correspondencia conocida en el continente", afirma Casas, quien trabaja en el Grupo de Genética de Poblaciones de la Universidad Nacional. La investigación no solo confirma la desaparición total de esta población, sino que sugiere que su legado cultural y genético fue suplantado por grupos posteriores.

Dos grandes oleadas

Según el equipo científico, hace unos 2.000 años llegó al altiplano una segunda población, posiblemente desde Centroamérica. Esta nueva oleada portaba ADN diferente, introdujo el uso de la cerámica y podría estar relacionada con los hablantes de lenguas chibchas, ancestros de los muiscas.

Este segundo grupo sí dejó descendencia genética visible en los actuales pobladores del centro de Colombia. La sustitución total del linaje anterior es un fenómeno poco común en la historia de la humanidad, donde lo más habitual es la mezcla o hibridación.

Implicaciones continentales

El hallazgo posiciona a Colombia como pieza clave para reconstruir la historia genética de América. Su ubicación estratégica como corredor natural entre Centro y Sudamérica sugiere que fue un punto de paso crucial para grupos humanos en tránsito durante milenios.

El descubrimiento también plantea nuevas preguntas: ¿cuántos otros linajes desaparecidos podrían estar ocultos bajo la tierra colombiana? ¿Fue esta desaparición producto de un evento ambiental, conflicto o mezcla cultural? La investigación apenas comienza a dar respuestas.

Fase dos en camino

El equipo interdisciplinario ya prepara una segunda fase de exploración genética en otras regiones del país. El objetivo es mapear la diversidad genética precolombina y rastrear posibles conexiones con otras culturas que también desaparecieron sin dejar rastro.

Este tipo de trabajos abren nuevas vías para integrar la arqueología, la genética y la historia, rompiendo con la fragmentación académica que ha limitado el entendimiento profundo del pasado americano. Colombia, gracias a estos hallazgos, podría estar en el centro de una nueva narrativa continental.


La investigadora Andrea Casas Vargas (derecha) junto a su equipo y al profesor José Vicente Rodríguez Cuenca (Foto: Andrea Casas Vargas).

En nombre de la ciencia 

La desaparición total de un linaje humano en el corazón de América, sin dejar descendencia ni continuidad cultural, es un evento extraordinario. El linaje hallado en el altiplano bogotano no solo es singular por su antigüedad, sino por su aislamiento dentro del mapa genético del continente. El silencio genético que dejó plantea interrogantes que podrían cambiar las narrativas tradicionales sobre el poblamiento.

A nivel regional, este descubrimiento reivindica la importancia de la ciencia local y del trabajo interdisciplinario. Con apoyo estatal e internacional, Colombia puede consolidarse como un centro de investigación en antropología genética. El pasado, hasta ahora silencioso, comienza a hablar con voz propia desde los huesos del altiplano.