26/07/2025 - Edición Nº900

Internacionales

Violencia escolar

Chiapas en shock: estudiante acusa a maestro de acoso frente a todos

22/07/2025 | Una estudiante expuso en su graduación el acoso de un maestro en Pijijiapan; otros docentes intentaron silenciarla.



Una joven estudiante de preparatoria en Pijijiapan, Chiapas, decidió romper el silencio durante su ceremonia de graduación al denunciar públicamente el acoso sexual que sufrió durante dos años por parte de uno de sus profesores. Frente a toda la comunidad escolar y las familias presentes, relató los hechos que marcaron su vida, identificando al agresor como José N. La escena, registrada en video por asistentes, se viralizó en cuestión de horas y provocó una ola de reacciones en redes sociales.

En un gesto de solidaridad, varias compañeras levantaron la mano para respaldar su testimonio, revelando que no era la única víctima. Según datos aportados por su abogada, al menos otras cinco alumnas confirmaron experiencias similares, aunque se estima que podrían ser muchas más. El caso, inicialmente ignorado por la institución educativa, pasó rápidamente a ser objeto de investigación penal tras la presión pública y la intervención de organismos estatales.

Amenazas y silencio institucional

La joven había reportado internamente el acoso desde marzo, pero la dirección del plantel omitió tomar medidas, minimizando su denuncia y manteniendo al profesor en funciones. Más aún, otros docentes, lejos de apoyar a la alumna, intentaron intimidarla para que desistiera de su acusación, según declaraciones de su defensa legal. La situación revela un patrón de encubrimiento dentro del sistema escolar, donde la protección del agresor primó sobre el bienestar de las estudiantes.

La abogada Lourdes Ovando Wong, miembro de la Red Nacional de Abogadas Digna Ochoa, aseguró que hubo presiones directas desde la escuela para evitar que la joven procediera con acciones legales. Fue recién en julio, tras reiteradas omisiones por parte del colegio, que la denuncia llegó formalmente a la Fiscalía de la zona Costa. La captura del profesor José N. el 17 de julio fue el resultado de una acumulación de pruebas y del trabajo conjunto con la Fiscalía de la Mujer.

Reacción estatal y escalamiento mediático

Tras la viralización del video, el caso tomó dimensión nacional. La Secretaría de Educación de Chiapas anunció un proceso administrativo contra el docente detenido y otros dos investigados por situaciones similares en el mismo plantel. Además, la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal exigió que se esclarezcan los hechos y se garantice justicia.

El director de la preparatoria, Ariel Mendoza Palacios, renunció a su cargo en medio de las críticas por su inacción. Mientras tanto, en redes sociales se multiplicaron los mensajes de respaldo a la joven denunciante, que fue calificada como valiente y ejemplar. Desde instancias estatales, como la Secretaría de las Mujeres, se destacó la importancia de su testimonio y se hizo un llamado a otras jóvenes a alzar la voz ante cualquier forma de violencia escolar.

Cultura del miedo y normalización

Ovando Wong destacó que existe una cultura institucional de silencio que perpetúa el acoso en centros educativos, especialmente en zonas rurales como Pijijiapan. "Muchas alumnas tienen miedo de denunciar, no solo por la posible represalia del agresor, sino por la reacción de sus familias y la estigmatización social", explicó. Esta cultura del miedo dificulta el acceso a la justicia y prolonga el sufrimiento de las víctimas.

También señaló que el caso no es aislado y forma parte de un patrón más amplio. El acoso escolar por parte de docentes es una problemática recurrente, y las estructuras educativas muchas veces optan por ignorarlo o resolverlo internamente sin consecuencias reales. Esto genera un círculo de impunidad que alimenta nuevas violencias.

Impacto social y mensaje ejemplar

El discurso de la estudiante no solo permitió visibilizar su caso, sino que generó un movimiento espontáneo de sororidad entre sus compañeras. La reacción inmediata del público y el eco en redes sociales reflejan una mayor sensibilidad social ante los abusos de poder dentro del ámbito educativo. La valentía de la joven se convirtió en un ejemplo de acción civil frente a la inacción institucional.

Aunque el caso continúa bajo investigación, ya ha tenido un efecto concreto: la detención del principal acusado, la renuncia del director y la apertura de nuevas denuncias. La pregunta ahora es si el sistema educativo estará dispuesto a impulsar reformas estructurales para prevenir el acoso y sancionar a quienes lo perpetúan o encubren.

Un tema de cuidado 

El caso de Pijijiapan condensa en un solo episodio múltiples niveles de falla institucional: negligencia directiva, complicidad entre docentes y un entorno hostil para las víctimas. Que la Justicia haya intervenido solo tras la exposición mediática subraya la urgencia de mecanismos internos de respuesta más eficaces. La institucionalidad no puede depender de la viralidad para actuar.

La narrativa de una joven que denuncia en su graduación lo que el sistema calló por años es, además de conmovedora, una señal de alerta para todo el país. Revisar protocolos, escuchar a las alumnas y actuar con firmeza son pasos indispensables si se quiere erradicar una violencia que ha sido tolerada por demasiado tiempo.