
El Congreso envió las tres leyes sancionadas el 10 de julio, y a diferencia del año pasado, el oficialismo enfrenta ahora una situación de mayor fragilidad para sostener el veto, confirmado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
La tensión política se intensifica por los incumplimientos económicos de la Casa Rosada hacia las provincias, lo que complica la estrategia de Francos, quien deberá desplegar todo su manual político para recomponer relaciones tras los cruces por el armado electoral libertario.
Más allá de la batalla por el veto, que se definirá primero en la Cámara de Diputados, el Senado retomará varios temas calientes en su regreso;
Ampliación de la Corte Suprema: El debate podría reactivarse, aunque sin ser prioridad para el Gobierno, que busca posponerlo hasta después del período electoral o enfocarse en cubrir las dos vacantes actuales.
Auditoría General de la Nación (AGN): Avanza la idea de modificar el mandato de los auditores, estableciéndolo en cinco años con posibilidad de reelección, sin cambiar la composición del organismo.
Caso YPF: Queda pendiente una sesión secreta para tratar la situación de la petrolera.
Emergencia en pediatría y fondos para universidades: Ambos proyectos ya cuentan con dictamen y podrían llegar al recinto en las próximas semanas.
La tensión en el Congreso y la incertidumbre sobre el veto presidencial anticipan un regreso agitado para el Poder Legislativo, con un clima político marcado por negociaciones, pulseadas y la mirada puesta en las elecciones.
ND