25/07/2025 - Edición Nº899

Política

Elecciones legislativas

La movida política de Montenegro que sorprende a Mar del Plata

24/07/2025 | La postulación no testimonial de Guillermo Montenegro como senador provincial anticipa su salida del municipio y desata una transición política inesperada. Si asume, podría dejar a su segundo como jefe comunal y alterar el equilibrio del oficialismo local.



La política marplatense atraviesa un punto de inflexión. Con su reciente postulación como candidato a senador provincial por la Alianza La Libertad Avanza, Guillermo Montenegro, no solo abre una nueva etapa en su carrera política, sino que también deja abierta la puerta a un recambio anticipado en la conducción del municipio.

Si resulta electo en los comicios del 7 de septiembre y cumple con su intención de asumir el nuevo rol legislativo, Mar del Plata deberá buscar reemplazo para su intendente antes de diciembre.

Aunque fue reelecto en 2023 con mandato hasta 2027, el actual jefe comunal ya comunicó públicamente su decisión de asumir, “dejando de lado cualquier comodidad”, si logra una banca en la Legislatura bonaerense.

Dentro de su entorno más cercano ya se especula incluso con la posibilidad de que pida licencia antes de las elecciones, para sumarse de lleno a la campaña. Algunos dirigentes locales interpretan este movimiento como el primer paso hacia una futura candidatura a gobernador dentro de dos años.

La sucesión y un nuevo escenario político

El principal despacho municipal, en caso de concretarse la salida de Montenegro, quedaría en manos de Agustín Neme, actual concejal del PRO y primer nombre en la lista que acompañó al intendente en su reelección. Aunque el traspaso formal está previsto por ley, el impacto político del cambio anticipado genera inquietud.

Con Montenegro fuera de juego, se desarticula el esquema de poder que hasta hace poco funcionaba como un bloque sólido entre el PRO y la UCR. La reciente alianza del intendente con La Libertad Avanza dejó al radicalismo fuera de la boleta legislativa seccional, mientras que a nivel local compite con una lista propia. La pérdida de cohesión dentro del oficialismo podría traducirse en dificultades de gestión, tanto en el Ejecutivo como en el Concejo Deliberante.

Un quiebre en la relación con el electorado

Montenegro fue electo para gobernar la ciudad hasta 2027, por lo que su salto a la política provincial puede interpretarse también como una ruptura del compromiso asumido con la ciudadanía.

Por ahora, las reacciones entre los vecinos y propios votantes son incipientes, pero el gesto deja abierta una pregunta de fondo: ¿cómo se interpreta que un intendente, a menos de dos años de iniciar su nuevo mandato, decida interrumpirlo para encarar otro desafío?

El nuevo panorama en Mar del Plata no solo redistribuye el poder, sino que plantea un interrogante más amplio sobre el vínculo entre representación política y responsabilidad institucional. En un contexto de realineamientos partidarios y alianzas volátiles, la ciudad se encamina hacia una transición tan inesperada como inevitable.