01/08/2025 - Edición Nº906

Policiales

Estaba libre desde 2020

La mujer que atropelló y mató a su novio rugbier en 2017 volvió a ser detenida por golpear a su esposo

25/07/2025 | La Justicia de San Rafael le impuso prisión domiciliaria tras una denuncia de su actual esposo, quien alertó al 911 por una agresión en el hogar. En 2018, Silva fue condenada por la muerte de Genaro Fortunato.



Julieta Silva fue protagonista de un caso que conmocionó a Mendoza: en 2017 atropelló y mató con su auto a su novio Genaro Fortunato, un rugbier de 25 años. Esta semana volvió a ser noticia porque la detuvieron por una denuncia de violencia de género presentada por su actual esposo, con quien se casó en diciembre de 2022.

La mujer, que en 2018 fue condenada a tres años y nueve meses de prisión por homicidio culposo agravado, ahora enfrenta una nueva causa judicial, imputada por el delito de “lesiones leves agravadas por el vínculo”. La medida fue dispuesta luego de que su pareja alertara el pasado 12 de julio al 911 desde el baño de su casa en San Rafael, donde se había refugiado tras una presunta agresión física.

Según fuentes judiciales, los efectivos constataron que el denunciante tenía lesiones visibles, incluyendo escoriaciones y tumefacciones. En ese contexto, se le impuso a Silva una medida de prohibición de acercamiento y fue detenida. Actualmente cumple prisión domiciliaria con tobillera electrónica, debido a que tiene una hija de un año.

Julieta Silva se casó en diciembre de 2022, dos años después de salir de la cárcel. 

La causa está en manos de la Fiscalía de Instrucción N°2 de San Rafael. Al mismo tiempo, Silva presentó una denuncia cruzada en la Unidad Fiscal de Violencia de Género, la cual fue incorporada al expediente principal.

En septiembre de 2017, Julieta Silva atropelló y mató a Genaro Fortunato a la salida del boliche “Mona Bar” en San Rafael. Ambos se encontraban alcoholizados: ella con 0,98 gramos de alcohol por litro de sangre y él con 1,80. En el fallo que la condenó, el tribunal dio por probado que, tras una discusión, Silva se subió a su auto sin sus anteojos, bajo la lluvia y con visibilidad reducida.

Mientras Fortunato corría a la par del coche y golpeaba la ventanilla, cayó al suelo. Silva giró en U para regresar, pero no vio que el joven intentaba levantarse y lo atropelló, aplastándole el cráneo. La sentencia, confirmada en 2019 por la Suprema Corte de Mendoza, estableció que no hubo intención homicida, pero sí responsabilidad penal por negligencia y conducción peligrosa.

Silva había recuperado la libertad en 2020, tras cumplir dos tercios de su condena. Su nueva detención revive la controversia pública en torno a su figura, a casi ocho años del episodio que puso su nombre en los titulares de todo el país.

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