26/07/2025 - Edición Nº900

Política

Memoria incómoda para el poder

Eva Perón, a 73 años: lo que construyó con amor, Milei lo arrasa con odio

26/07/2025 | Evita murió el 26 de julio de 1952, pero su legado late donde más molesta: en los hospitales públicos, en el voto femenino, en la justicia social. En la Argentina del ajuste y el cinismo, su voz vuelve para recordarnos que los derechos no se mendigan. Se conquistan. Y se defienden.



El 26 de julio de 1952, a las 20:25, una voz oficial anunciaba la muerte de Eva Perón. Tenía 33 años. La habían odiado con saña y la habían amado con locura. A siete décadas de su muerte, su figura no es un ícono congelado: sigue viva en cada trinchera popular que el poder intenta demoler.

“Mi vida fue, es y será del pueblo”, dijo. No hablaba en metáforas. Eva construyó hospitales, hogares, sindicatos, barrios, derechos. Fundó un nuevo sujeto político: la mujer con poder, el pobre con dignidad, el obrero con conciencia. Eso que el actual gobierno llama “privilegios”. Eso que Milei combate con motosierra y desprecio.

Evita no le temía al conflicto. “Yo me hice peronista por el odio de los oligarcas”, lanzó en uno de sus discursos más recordados. Hoy, con un presidente que dice que la justicia social es una aberración, sus palabras suenan como advertencia. Y también como bandera.

Mientras Milei recorta medicamentos, desfinancia comedores y desmantela programas de salud, Evita vuelve. En los comités barriales que siguen asistiendo donde el Estado se retira. En las mujeres que militan con rabia y memoria. En los que entienden que los derechos no son gasto: son política viva.

“Donde hay una necesidad, nace un derecho”. Esa frase sola bastaría para que hoy la acusen de populista, chorra, casta. Pero Evita no pedía permiso para defender a los humildes. Los llamaba “mis grasitas” y los puso en el centro del poder. Justo donde hoy los quieren devolver a la marginalidad, al silencio, al descarte.

El contraste con Milei no es solo simbólico: es estructural. Donde Eva construyó justicia social con amor al pueblo, el Gobierno actual arrasa con odio ideológico. El ajuste no es solo económico. Es cultural. Es moral. Y busca destruir la memoria.

Pero no pueden. Porque cada 26 de julio, el nombre de Eva Perón vuelve como un puñal en la conciencia de los que gobiernan para pocos. Y como una caricia en el corazón de los que no se resignan.

DM