
Una controversia de alcance internacional sacude el sistema de residencias médicas en Argentina. Tras la realización del Examen Único de Residencias el pasado 1 de julio, las autoridades sanitarias identificaron irregularidades significativas en los resultados, lo que llevó a suspender la validez de 268 pruebas. En el centro del escándalo figuran nueve médicos ecuatorianos que, pese a representar una mínima fracción de los postulantes, se ubicaron entre los primeros 27 lugares del ranking general.
El hecho provocó la inmediata apertura de una investigación oficial y la suspensión de la publicación de resultados definitivos. Según datos oficiales, más de 13.000 aspirantes rindieron la evaluación a nivel nacional, y entre ellos destacaron de forma inesperada ciertos postulantes extranjeros con desempeños atípicamente altos, lo que encendió las alarmas del Ministerio de Salud argentino.
La mayoría de las miradas se centraron en los exámenes rendidos en la sede de Parque Roca, en Buenos Aires, donde más de 8.000 médicos realizaron la prueba. Allí, varios aspirantes —en su mayoría de nacionalidad ecuatoriana— obtuvieron calificaciones superiores a 90 puntos sobre 100, en contraste con registros anteriores que mostraban desempeños mediocres en simulacros u otras instancias previas.
Uno de los casos más llamativos fue el de un postulante que había alcanzado 45 puntos en un examen hospitalario dos días antes y que luego obtuvo 95 en el oficial. Esta incongruencia, junto con denuncias anónimas y sospechas de filtración del cuestionario, derivó en una medida extraordinaria: los 268 candidatos con puntajes anómalos deberán repetir el examen.
Entre los implicados se encuentran 149 aspirantes con títulos emitidos en el extranjero, de los cuales más de 100 son ecuatorianos. Ecuador fue, de hecho, el país con mayor número de inscriptos extranjeros, con un total de 1.045 postulantes, seguido por Colombia, Bolivia, Brasil, Venezuela y Perú. A pesar de esta representación amplia, la concentración de ecuatorianos en los primeros puestos del ranking generó aún más suspicacia.
Los resultados preliminares muestran que nueve médicos egresados de la Universidad Técnica de Manabí lograron posicionarse entre los 27 primeros lugares del país. Este dato encendió alertas tanto en círculos médicos como en redes sociales, donde se multiplicaron las críticas, muchas veces teñidas de xenofobia y prejuicio contra los profesionales extranjeros.
Las autoridades argentinas trabajan sobre varias hipótesis. Una de ellas indica que el examen podría haber sido vendido previamente a determinados candidatos, con precios que oscilarían entre los 2.000 y 5.000 dólares. Otra apunta a la utilización de celulares camuflados o sistemas de mensajería para transmitir respuestas durante la evaluación, algo que está siendo analizado en conjunto con la fiscalía nacional.
El Ministerio de Salud decidió que los 268 implicados deberán presentarse a un nuevo examen en fecha aún por definir. La medida busca garantizar la transparencia y equidad del proceso de selección, en un contexto en el que las residencias médicas son altamente competitivas y constituyen la principal vía de especialización en el país.
El caso adquirió ribetes políticos cuando el presidente Javier Milei expresó que estos incidentes eran consecuencia de “políticas inclusivas y del discurso de diversidad”, lo que generó rechazo tanto en sectores académicos como en la comunidad migrante. En respuesta, organizaciones de estudiantes ecuatorianos calificaron las declaraciones como discriminatorias y sin sustento legal.
Desde Ecuador, representantes universitarios negaron de forma categórica cualquier participación institucional en actos de fraude. Leonardo Arias, vocero estudiantil, sostuvo que “no hay pruebas formales ni causas judiciales abiertas” contra sus compatriotas, y que el señalamiento masivo responde a un sesgo dentro del sistema argentino más que a hechos comprobados.
El ministerio de salud encontro que hubo fraude en 200 exámenes para recibir residencias medicas
— ElBuni (@therealbuni) July 22, 2025
Por alguna razón la asociación de estudiantes ecuatorianos en argentina ya salió a escudarse y a decir que si los suspenden por hacer trampa es racismo pic.twitter.com/pEhhB9Svmn
El escándalo pone en evidencia las fragilidades del sistema de evaluación médica argentino. Aunque todavía no hay evidencia concreta de que haya existido fraude sistemático, la reacción institucional —con medidas preventivas y correctivas— sugiere una voluntad de preservar la credibilidad del proceso. Sin embargo, también deja expuestas tensiones migratorias y discursos excluyentes que dificultan una evaluación justa.
Aún está por verse si las investigaciones derivarán en sanciones o absoluciones. Lo cierto es que este episodio marca un antes y un después en el vínculo entre Argentina y la comunidad médica extranjera, y plantea desafíos urgentes en torno a la integridad académica y la gestión de la diversidad.