29/07/2025 - Edición Nº903

Política

Alianza estratégica

Bullrich refuerza vínculos con EE.UU. y allana el terreno para una agenda de control

26/07/2025 | En vísperas de la llegada de Kristi Noem, la ministra de Seguridad se reunió con la nueva encargada de negocios de la embajada estadounidense. Detrás del protocolo, avanza un nuevo alineamiento ideológico.



La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, mantuvo un encuentro reservado con Heidi Gómez Rápalo, recientemente designada como Encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Argentina. El encuentro se dio a horas de la llegada de Kristi Noem, secretaria del Homeland Security, con quien el Gobierno busca estrechar lazos en materia de seguridad y control migratorio.

Según el comunicado oficial, ambas funcionarias dialogaron sobre “profundizar la cooperación” en seguridad regional, crimen organizado y narcotráfico. Pero el contexto y los interlocutores revelan algo más: el Gobierno de Javier Milei avanza hacia un alineamiento explícito con los sectores más duros del Partido Republicano, en un momento de tensión global sobre temas migratorios y fronterizos.

Bullrich es la tercera integrante del Gabinete que se reúne con la diplomática norteamericana, luego de Luis Caputo y Gerardo Werthein, lo que demuestra que el vínculo con Washington es parte de una estrategia integral. La presencia de Noem, aliada de Donald Trump, refuerza ese perfil: mano dura, restricciones migratorias y cooperación militar son los ejes de una agenda que excede a Seguridad.

En el fondo, el Gobierno argentino busca legitimidad internacional a través de gestos ideológicos. La narrativa del “Estado fuerte en seguridad” convive con el vaciamiento interno de políticas públicas, pero encuentra eco en sectores del poder estadounidense con los que Milei se siente ideológicamente cómodo.

La ministra aprovechará la visita de Noem para recabar información sobre políticas migratorias y control de fronteras. El objetivo es avanzar con un modelo de “frontera inteligente” que podría implicar acuerdos bilaterales en áreas sensibles, como el manejo de datos, asistencia técnica y vigilancia remota.

Aunque en apariencia se trata de gestos diplomáticos, el fondo político es claro: Bullrich apunta a convertirse en la figura bisagra entre el Gobierno libertario y el poder conservador norteamericano. Una jugada que la posiciona internamente, pero que también puede condicionar a la Argentina en su autonomía estratégica en el plano internacional.