28/07/2025 - Edición Nº902

Política

Interna cruda

El experimento de unidad forzada que puede hacer estallar a Fuerza Patria

28/07/2025 | El oficialismo bonaerense ensaya una campaña fragmentada que oculta desconfianzas y rencores sin resolver. El precio de no romper podría ser una derrota que pulverice al armado kirchnerista-renovador.



El oficialismo provincial de Fuerza Patria encarará la campaña para las elecciones del 7 de septiembre dividido en tres frentes internos, con la idea de confluir en un acto final que justifique la existencia de la alianza. La estrategia no solo evidencia la profunda fragmentación del kirchnerismo renovador, sino que también muestra un alto riesgo político al apostar a la dispersión de votos y discursos.

Las corrientes de La Cámpora, el Movimiento Derecho al Futuro y el Frente Renovador despliegan campañas paralelas que hablan a públicos distintos y evitan cualquier acercamiento que pueda tensionar aún más la ya frágil relación entre sectores. El gobernador Axel Kicillof es el único que se anima a mostrarse junto a figuras hasta hace poco enemigas, como la intendenta Mayra Mendoza, en un intento fallido de unificar desde arriba.

El propio Máximo Kirchner tuvo que intervenir en el conurbano para respaldar al intendente Damián Selci frente a la avanzada del Frente Renovador, donde el pulso electoral se libra a fuerza de pequeñas batallas locales. Sin embargo, las viejas heridas políticas, como las tensiones entre Carlos Bianco y Facundo Tignanelli, solo quedaron temporalmente bajo una falsa tregua, mientras que los reclamos y reproches no cesan.

Uno de los focos de mayor conflicto es el rol de Mariano Cascallares y su histórico vínculo con Martín Insaurralde, quienes, pese a su cercanía con el gobernador, acumulan resistencias internas por sus maniobras políticas y por intentar controlar la Cámara provincial, una movida que genera desconfianza entre sus propios aliados.

El distanciamiento es más evidente cuando se analizan las listas electorales. Kicillof y su equipo quedaron al margen al presentar candidaturas exclusivamente del Movimiento Derecho al Futuro, dejando afuera a referentes de otras corrientes que ven la maniobra como un intento de monopolizar el poder. Las diferencias internas reflejan una crisis de representación que podría erosionar la estructura electoral del oficialismo.

Además, la amenaza de ruptura ronda la figura de Juan Grabois, quien condiciona su permanencia en la alianza a ocupar un lugar destacado en las listas nacionales. Su eventual salida implicaría un golpe simbólico a la unidad proclamada y un nuevo escenario de incertidumbre para el peronismo bonaerense.

Para Axel Kicillof, esta campaña anticipa dos años muy duros. La falta de cohesión y la imposición de candidaturas sin consenso debilitan al oficialismo, que deberá enfrentar no solo a la oposición sino también a sus propias internas. La decisión de presentar candidatos con un sello propio sin consultar a sus socios dejó al gobernador expuesto y abrió las puertas a nuevas divisiones que podrían definir el futuro político de la provincia.