El peronismo porteño entra en etapa de definiciones, pero sin liderazgo claro

En la Ciudad de Buenos Aires, el PJ enfrenta un armado que puede ser incluso más complejo que en Provincia. La falta de una figura ordenadora, las tensiones internas y la incógnita sobre cuánto se involucrarán los líderes nacionales, complican el cierre de listas para octubre.

Con las elecciones de octubre en el horizonte, el peronismo de la Ciudad de Buenos Aires comienza una etapa decisiva. A diferencia de lo que ocurrió en la Provincia, donde las candidaturas se definieron bajo una lógica más centralizada, en CABA el proceso aparece más trabado y lleno de interrogantes.

Uno de los principales desafíos es la ausencia de una conducción firme. No hay, hasta el momento, figuras que ordenen el espacio como en el territorio bonaerense. Tampoco está claro qué rol asumirán en esta instancia Máximo Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof, tres actores clave en la negociación nacional. Otro punto, es la actual condena que cumple Cristina Fernández de Kirchner en prisión domiciliaria y su participación.

Mariano Recalde, referente de La Cámpora y presidente del PJ porteño, quedó al frente de las conversaciones. Pero el escenario que avisora es complejo: múltiples espacios con intereses distintos, poco margen para internas y una presión creciente por mostrar señales de unidad.

Los contactos entre sectores ya comenzaron. En la mesa se sientan referentes del kirchnerismo duro, dirigentes cercanos a Kicillof, grupos que responden al Frente Renovador, el Movimiento Evita y también sectores del peronismo sindical.

Las tensiones giran en torno a dos grandes preguntas. ¿Hasta qué punto deben abrir el espacio para sumar nuevos actores? ¿Y cómo construir una identidad que sea competitiva en un distrito históricamente adverso?