
La localidad de Komanda, situada en la provincia de Ituri al noreste de la República Democrática del Congo, fue escenario de una nueva tragedia que enluta al país. Durante la madrugada del 27 de julio, un grupo de hombres armados irrumpió en una iglesia católica donde se celebraba una vigilia de oración y abrió fuego de forma indiscriminada contra los asistentes.
Según informaron medios locales y agencias internacionales, el ataque fue perpetrado por milicianos de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo armado que opera en la zona y está vinculado al Estado Islámico. Las autoridades confirmaron al menos 38 muertos, en su mayoría miembros de un movimiento juvenil cristiano llamado Cruzada Eucarística. Algunas fuentes elevan la cifra a 43 víctimas fatales, incluyendo niños y adolescentes.
El ataque ocurrió alrededor de las 2 de la mañana, mientras los fieles participaban de una ceremonia religiosa. Testigos afirman que los atacantes utilizaron armas de fuego, machetes y explosivos. Además del templo, fueron incendiadas casas, negocios y un vehículo en las inmediaciones.
La organización Ayuda a la Iglesia Necesitada denunció que se trató de una masacre premeditada contra cristianos. "Entraron al templo sabiendo que habría jóvenes rezando, y dispararon sin piedad", declaró uno de los sobrevivientes.
El gobierno congolés prometió reforzar la seguridad en Ituri y lanzó una operación militar para dar con los responsables. El presidente Félix Tshisekedi calificó el hecho como un "acto cobarde de terrorismo" y pidió apoyo internacional para combatir a las ADF, que han sido responsables de cientos de asesinatos en la región en los últimos años.
Desde el Vaticano, el papa León XIV expresó su "profunda tristeza" por la matanza y elevó oraciones por las víctimas. La ONU y organizaciones humanitarias pidieron mayor protección para la población civil en zonas afectadas por conflictos armados.
Las Fuerzas Democráticas Aliadas surgieron en Uganda en los años noventa y se establecieron en el este del Congo, donde mantienen presencia armada pese a las ofensivas militares. Desde 2019, el grupo fue designado como afiliado al Estado Islámico, lo que ha intensificado sus ataques contra civiles y centros religiosos.
Organismos como Human Rights Watch denuncian que más de 2000 personas han sido asesinadas por las ADF desde 2021, la mayor parte en las provincias de Ituri y Kivu del Norte.
Paramilitares vinculados a ISIS han entrado en una iglesia católica en República Democrática del Congo y han asesinado a 40 personas.
— Josema Vallejo (@JosemaVallejo) July 27, 2025
El cristianismo es la religión más perseguida del mundo. La noticia no abrirá telediarios ni verás a nadie manifestarse contra estos asesinatos. pic.twitter.com/SCvYhmN3m2
La masacre de Komanda vuelve a poner de relieve la fragilidad del estado congolés en zonas rurales dominadas por grupos armados. A pesar de los anuncios oficiales, los ataques persisten y la población se siente cada vez más desprotegida. Además, el uso de la religión como blanco directo agrava el carácter simbólico del terrorismo practicado por las ADF.
Mientras se multiplican los llamados a la justicia, la tragedia deja una marca profunda en la comunidad local y plantea nuevos desafíos a la cooperación internacional en el este africano.