
Este 29 de julio se cumplen 25 años del suicidio de René Favaloro, el reconocido cardiocirujano argentino que revolucionó la medicina con el bypass coronario y que murió en soledad tras batallar contra el olvido y la desidia del Estado. En ese repaso obligado por su legado aparece un nombre que pocos asocian directamente con él, pero que tuvo un vínculo especial en su vida: Juan Manuel Fangio.
La relación entre Favaloro y Fangio fue profunda y trascendió lo estrictamente médico. El vínculo comenzó cuando el médico atendió al cinco veces campeón mundial de Fórmula 1, el 8 de diciembre del 1982. Favaloro fue el responsable de realizarle una cirugía de alta complejidad, haciéndole un bypass, intervención que le permitió a Fangio extender su vida con mayor calidad durante un tiempo más.
El "Chueco" había sufrido un ataque cardíaco en 1970 y otro en 1981 luego de una exhibición en Dubai. El procedimiento fue llevado a cabo en el Sanatorio Güemes de Buenos Aires y no quiso cobrarle honorarios al piloto.
Como agradecimiento, el balcarceño le obsequió al cardiólogo un Mercedes-Benz 300 y pidió que lo lleven directo al garage del consultorio. Sin embargo, a pesar de agradecer el gesto Favaloro lo rechazó con una frase icónica: "Que se lo lleven. No voy a andar en un Mercedes mientras haya un chico sin mamadera en la Argentina”. Se trató de una clara demostración de los valores que mantuvo hasta el último día de su vida. En aquel entonces, manejaba un humilde Renault 12 Break propio de la austeridad que manejaba, a pesar de ser una eminencia de la medicina mundial.
Pero lo que nació como atención médica se transformó en una amistad entrañable. Favaloro tenía admiración por Fangio y era mutua. El médico platense solía definir al balcarceño como un ejemplo de humildad, excelencia y ética, valores que compartían.
La historia tuvo un capítulo especial después de la muerte de ambos. En 2019, casi veinte años después del fallecimiento del médico, la familia Favaloro donó al Museo Fangio en Balcarce el Peugeot 505 SR color gris que el cirujano utilizaba habitualmente durante la segunda mitad de los años 90'.
Del emotivo acto formaron parte el ingeniero Jorge Favaloro, la Dra. Liliana Favaloro, Presidente de la Fundación Favaloro, sobrinos y sobrinos nietos del recordado cirujano, que hicieron entrega del auto. También estuvieron acompañados por un amigo en común de ambos homenajeados: el humorista Luis Landriscina.
Según contó el propio Landriscina, él había querido comprar el auto para donarlo al Museo, pero la misma familia de Favaloro decidió hacerlo. Esa entrega significó mucho más que un gesto simbólico: fue una manera de unir sus legados, dos íconos nacionales que trascendieron fronteras por su talento y su integridad.
Hoy, ese Peugeot permanece exhibido en el museo como un homenaje a la memoria de un hombre que entregó su vida a la ciencia, y cuya figura sigue siendo emblema de honestidad, trabajo y compromiso social. La historia con Fangio, tal vez más íntima que pública, es apenas uno de los tantos vínculos que trazó Favaloro en su paso por la historia argentina.