El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, ha vuelto a ser el centro del debate político tras realizar una serie de declaraciones públicas que refuerzan su línea dura frente al conflicto en Gaza. Aunque no existen registros oficiales que confirmen palabra por palabra la frase “enciérrenlos. Guerra hasta el final”, su retórica reciente en redes sociales y declaraciones televisivas apuntan a un llamado abierto a intensificar la ofensiva militar sin espacio para negociaciones.
En publicaciones recientes, Ben-Gvir expresó que “no hay necesidad de hablar con Hamás” y pidió la destrucción total del grupo, oponiéndose a cualquier forma de ayuda humanitaria que pudiese ser considerada como una concesión. “No debería enviarse ni un paquete de ayuda mientras nuestros soldados luchan por la seguridad del país”, afirmó, en referencia a los lanzamientos aéreos de insumos básicos a Gaza realizados por actores internacionales.
Estas declaraciones llegan en un contexto de alta tensión política y humanitaria. Mientras que el ala más moderada del gobierno israelí estudia propuestas de alto el fuego promovidas por EE.UU., Egipto y Catar, Ben-Gvir ha amenazado con abandonar la coalición si se considera frenar la ofensiva.
Su postura ha generado críticas tanto en Israel como en el extranjero. Diversos sectores advierten que sus mensajes incrementan el riesgo de escalamiento y alejan posibilidades de una salida diplomática. Sin embargo, también cuenta con un núcleo de apoyo entre votantes que exigen una respuesta firme y sin concesiones ante las amenazas de seguridad.
Uno de los puntos más controversiales ha sido su oposición a los envíos humanitarios a Gaza, pese a la grave crisis humanitaria denunciada por la ONU y organizaciones internacionales. En una entrevista televisiva, lamentó que “desafortunadamente, están lanzando ayuda humanitaria desde el aire”, lo que para muchos refleja una postura intransigente que prioriza el cerco militar por sobre las vidas civiles.
Varios miembros del gabinete han tomado distancia de estas declaraciones, al tiempo que la comunidad internacional incrementa la presión para permitir corredores humanitarios seguros. Para organismos como Human Rights Watch o Amnistía Internacional, impedir el ingreso de ayuda esencial puede constituir una violación del derecho internacional humanitario.
La postura de Ben-Gvir ha puesto en jaque al gobierno de coalición que lidera Benjamin Netanyahu. Mientras sectores ultraderechistas exigen continuar la guerra sin dilaciones, otros ministros consideran que una salida negociada podría evitar mayores costos humanos y diplomáticos. Esto ha abierto un debate sobre la sostenibilidad de la actual estrategia militar y el costo político de las decisiones unilaterales.
Medios como Haaretz y The Times of Israel informan que algunos altos funcionarios de defensa no comparten el enfoque del ministro de Seguridad Nacional. De hecho, han sugerido que las posiciones radicales podrían obstaculizar las negociaciones para la liberación de rehenes israelíes en poder de Hamás.
🇮🇱 | Ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir:
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) July 29, 2025
"Ya basta. Se acabó. Sin negociaciones, sin esperanza. A por todas, con la máxima intensidad. Empieza ya.
Enciérrenlos. Guerra hasta el final".
pic.twitter.com/bj8x9IcLbg
Las expresiones de Ben-Gvir, aunque coherentes con su historial político, revelan el grado de fractura dentro del liderazgo israelí en plena guerra. La falta de una posición unificada complica los intentos internacionales por mediar un alto el fuego y reabrir canales de negociación.
Desde una mirada neutral, su discurso representa el ala más beligerante del espectro político israelí y plantea un desafío tanto para el equilibrio institucional del país como para la protección de la población civil en Gaza. La tensión entre seguridad nacional y responsabilidad humanitaria sigue siendo uno de los ejes más delicados del conflicto.