
Con la cantidad de plataformas de streaming que existen en la actualidad, es difícil seguir el rastro de los programas infantiles de moda o los que dejan huella. Años atrás, la cosa era mucho más sencilla: apenas existían un puñado de señales para los más pequeños entre las que se podía encontrar algo para ver y disfrutar a la hora de la merienda. Ahí aparecían los Cartoon Network, los Magic Kids y los Nickelodeon, entre algunas pocas más.
Fue de Nickelodeon que nació un segmento llamado Oh yeah! Cartoons que se convirtió en el germen de uno de los dibujos animados más consumidos de la señal: Los padrinos mágicos. Creados por Butch Hartman a comienzos del nuevo milenio, se expandieron por casi 16 años y hasta tuvieron diferentes películas sobre estos queridos personajes animados que le cumplían deseos a un pequeño niño llamado Timmy.
Entre los responsables de Los padrinos mágicos estuvo John Fountain, un estudiante de arte que llegó a las oficinas de Nickelodeon casi que por accidente y que se convirtió en la mano derecha de Butch Hartman a base de perseguir su sueño de ser el showrunner de una serie animada. En exclusiva, John Fountain nos contó todo: desde sus diferencias creativas con Hartman hasta las justificaciones detrás de teorías que dejaron Los padrinos mágicos.
-¿Cómo llegaste a Los padrinos mágicos y qué significan para vos?
-Estuve en ese estudio, creo, como siete u ocho años, y creo que la mitad de esos años los pasé en Los Padrinos Mágicos, por lo que, independientemente de todo lo que pasó, tengo un cariño inmenso por ese programa. Cuando me contrataron en Nickelodeon, inicialmente me contrataron solo para hacer guiones gráficos en Zona Tiza. En ese momento, Los Padrinos Mágicos, Zona Tiza e Invasor Zim fueron seleccionados para lo que se llamaba "six packs". Porque en ese momento de la industria, se estaba volviendo muy cautelosa. Normalmente, una nueva serie se aprobaba para entre 12 y 24 episodios. Pero en algún momento, las cadenas decidieron que eso era demasiado dinero. Así que empezaron a aprobar cosas en paquetes de seis a diez episodios. Esos tres programas fueron aprobados en paquetes de seis, "six packs". Comencé haciendo storyboards (guiones gráficos) para Zona Tiza. Pero al mismo tiempo que hacía guiones gráficos para Zona Tiza, también estaba trabajando como freelance para Butch Hartman en algunos de sus cortos para un programa que nadie recuerda llamado Oh yeah! Cartoons. Pero Oh yeah! Cartoons es donde comenzaron Zona Tiza, Los Padrinos Mágicos, Mi vida como robot adolescente, todos esos programas. Así que no solo estaba haciendo guiones gráficos para Zona Tiza, también estaba trabajando como freelance para Butch en sus cortos y para otros creadores en Oh yeah! Cartoons. Al mismo tiempo, presenté mi propio programa para Oh yeah! Cartoons y el mío fue el último corto de Oh yeah! Cartoons en ser aprobado, en el último episodio de la última temporada. Así que me gusta decir que básicamente soy el que mató ese programa. El punto es que estaba en el edificio y cuando Los Padrinos Mágicos tuvo su primer "six pack", no estoy seguro si trabajé en alguno de esos primeros seis, o si lo hice, fue al final. Pero poco después de que aprobaran su "six pack", la serie de Los Padrinos Mágicos fue aprobada. Y una vez que terminé con Zona Tiza, salté a Invasor Zim. Esto es de lo que hablo, era genial en Nickelodeon porque podías saltar de un programa a otro. Estuve en Invasor Zim durante aproximadamente un año y justo después de eso, Los Padrinos Mágicos obtuvo su aprobación como serie y fue cuando me dijeron: "Vení a trabajar con nosotros".
-¿Qué rol cumplías y por qué te fuiste?
-Lo que pasó en ese programa fue que estuve allí mucho tiempo y me convertí en la mano derecha del creador, Butch Hartman. Me convertí en su mano derecha para todo. Yo era el tipo que podía hacer todo lo que él hacía. En el programa, después de un tiempo, surgió una dinámica muy evidente: Bob Boyle era el director de arte, indispensable; Steve Marmel era el guionista principal, indispensable; y durante mucho tiempo, el tercer ingrediente de todo eso era Butch Hartman, el tipo que podía hacer todo, escribir, diseñar, dirigir arte, todo. Pero luego llegué yo y podía escribir, hacer arte, hacer guiones gráficos, dirigir, editar, podía hacer todo lo que él hacía. Así que, cuando llegué, rápidamente me convertí en su mano derecha y fue genial, fue la primera serie en la que fui director, así que él me enseñó todo lo que sabía y fue genial. Por eso me quedé en ese programa tanto tiempo. Después de aproximadamente un año, año y medio, dos años siendo su mano derecha, él estaba muy, muy ocupado entre Danny Phantom y los otros dos programas que tenía en desarrollo. En ese momento, Disney vino a tocar a mi puerta. Y, no importa quién seas, no importa cuál sea tu experiencia en animación, cuando Disney toca, al menos abrís la puerta. Y, para entonces, debido al éxito de Los Padrinos Mágicos, había ganado cierta notoriedad en la industria. En particular, me convertí en el tipo conocido por hacer acción y comedia. Y ellos tenían esta comedia de acción llamada Jake Long: El dragón occidental. Vinieron a mí y me dijeron: "Queremos que seas el director de la serie para este programa. Supervisarías el programa". Era el tipo de programa en el que quería trabajar desde hace tiempo. Pero, al mismo tiempo, Butch estaba desarrollando Danny Phantom y me había dicho desde el principio: "Sí, podrás dirigir episodios de Danny Phantom cuando quieras. Podés ir y venir entre los programas". Pero luego recibo esta oferta de Disney y no puedo trabajar para ambos estudios al mismo tiempo. Así que fui con Butch y le dije… aquí está la cosa… Realmente sentía que había llegado a un punto en el que dirigir una serie era para lo que estaba hecho, no solo dirigir episodios, sino dirigir la serie. Me había vuelto bueno en eso y me quedó claro que era una de mis fortalezas. Estaba muy ansioso por probar eso y acá viene Disney con una oferta para hacer precisamente eso. Le dije a Butch: "Me encanta estar acá”. Trabajamos muy bien juntos, la gente con la que trabajé era increíble y, como dije, había estado en Nickelodeon bastante tiempo para los estándares de la industria, así que se había convertido en mi hogar. No quería irme, pero desde una perspectiva profesional, miraba esta oferta y pensaba: "No sé cómo puedo rechazar esto". Lo pensé mucho y finalmente fui con Butch y le dije: "Butch, necesito una excusa para quedarme. Necesito una excusa para decir no a Disney y no a este programa que creo que sería muy divertido trabajar". Le dije: "Si me hacés el director de la serie para Los Padrinos Mágicos o Danny Phantom, me quedo". Porque ese era mi objetivo, quería estar a cargo de un programa. Le dije: "Vos seguirás acá, seguirás siendo mi jefe, seguirás teniendo la última palabra en todo, seguirás tomando las decisiones. Pero yo estaré dirigiendo el programa”. Y cualquiera que conozca un poco a Butch Hartman, el hecho de que siquiera lo considerara, lo considero un gran cumplido de su parte, porque lo consideró. Dijo: "Dejame pensarlo". Creo que pasaron unas 24 horas y me dijo: "No quiero perderte, pero simplemente no puedo hacerlo. Quiero dirigir ambos programas". Y yo le dije: "Pero Butch, ya estás demasiado ocupado". De todos modos, se notaba que él prosperaba así. Y, por cierto, lo entiendo al 100%. Si estuviera en su lugar, quién sabe si habría hecho lo mismo. Pero lo gracioso de todo esto es que dejé el programa, fue una gran apuesta para mí y me fui a Dragon Occidental y casi de inmediato sentí que los ejecutivos de allí me odiaban. Odiaban cada idea que tenía, todo lo que aportaba al programa.
-Está Cerebro de El laboratorio de Dexter y al señor Crocker de Los Padrinos Mágicos que son muy similares. Es como si Cerebro creciera y se convirtiera en el señor Crocker. ¿Eso fue algo intencional en el programa o fue por casualidad?
-Es gracioso, nunca había hecho esa conexión antes. Es muy interesante. Antes de que Nickelodeon hiciera Oh yeah! Cartoons, el productor ejecutivo de ese programa, Fred Seibert, quien es un gran nombre en la industria de la animación, como un Steven Spielberg de la animación, tenía sus manos en todo lo relacionado con los dibujos animados. Antes del programa Oh yeah! Cartoons, él había construido básicamente el departamento de animación en Cartoon Network Studios. Cuando Cartoon Network Studios comenzó, solo mostraban repeticiones de Scooby-Doo. Cuando decidieron hacer contenido original, fueron con Fred Seibert porque él era uno de los grandes en MTV. Y Cartoon Network dijo: "Queremos empezar a hacer dibujos animados originales" y Fred Seibert, para su crédito, dijo: "No sé nada de hacer dibujos animados, pero conozco a alguien que sí". Así que trajeron a Larry Huber y luego hicieron What a Cartoon Show. De ese programa salieron El laboratorio de Dexter, Las chicas superpoderosas. Ahí fue donde Butch Hartman, Genndy Tartakovsky, Craig McCracken, Rob Renzetti, todos esos chicos se conocieron y trabajaron juntos en esos cortos originales de What a Cartoon Show. Así que Butch Hartman, estoy seguro, trabajó en El laboratorio de Dexter de alguna manera o al menos estaba muy consciente de El laboratorio de Dexter. Estaban juntos en esa redacción. Todos eran chicos en sus 20. Y todos habían ido a CalArts, el Instituto de las Artes de California, donde van todos los animadores de Disney, considerado como el Harvard de la animación. Y eso fue algo curioso, yo no tenía formación en animación. Estudié arte tradicional. Mi título es en arte tradicional. Así que cuando me contrataron en Nickelodeon fue una especie de milagro porque en ese momento solo contrataban a personas que venían de CalArts. Cuando conocí a Butch Hartman, fue una de las pocas personas que me acogió y me tomó bajo su ala porque, como dije, todos estos otros chicos ya se conocían, ya eran amigos. Yo era un poco el forastero. Podés ver programas como El laboratorio de Dexter, Las chicas superpoderosas, Johnny Bravo, La vaca y el pollito, y ver elementos de esos en Oh yeah! Cartoons. Oh yeah! Cartoons y What a Cartoon Show son una especie de evolución natural uno del otro. Por eso podés ver muchas similitudes estilísticas y temáticas.
-¿Cómo era pensar en los deseos de Timmy?
-Al principio, en las primeras temporadas del programa, era bastante fácil porque era como: "¿Si fueras un niño de 10 años, qué desearías?". Así que, era muy fácil al principio, porque era como: Timmy desea tener superpoderes, Timmy desea ser un héroe de acción, Timmy desea que sea Navidad todos los días. Pero a medida que el programa continuó, se volvió un poco más difícil. Y aquí es donde, de vez en cuando, chocaba con Butch, Steve y algunas otras personas del programa. Yo veía dónde iban a surgir algunas limitaciones: ¿qué va a seguir deseando? ¿Cómo puede seguir deseando cosas? Porque eventualmente habría cubierto todas las bases de un niño. Pero al final, eso no importó porque el programa no terminó siendo sobre los deseos que hace, eso fue más bien un gancho para atraer a la audiencia, pero el programa terminó siendo sobre la relación entre él, Cosmo, Wanda, su mamá y su papá. Así que, en mi opinión, el programa dejó de ser sobre deseos bastante rápido. No se trataba de inventar deseos porque siempre hay algo que un niño quiere. Los niños son egoístas, lo sé porque tengo uno. Pero se trataba más de cómo mantener a estos personajes interactuando de una manera que fuera entretenida y divertida. Una de las cosas que me impactó desde el principio en el programa fue la relación entre Cosmo, Wanda y Timmy, que era tan única porque no son sus padres. Él ama a sus padres, pero no son sus amigos, no son sus compañeros de escuela. Es una relación muy, muy única y no son solo genios en una botella que él manda. Son familia para él. Creo que aporté un poco de corazón a Los Padrinos Mágicos que se desvaneció después de que me fui, porque siempre estaba tratando de aportar corazón al programa. Después de que me fui, Dios mío, siento que Cosmo y Wanda empezaron a pelearse constantemente, siempre discutiendo, atacándose mutuamente, y eso me pareció muy extraño porque lo que siempre me encantó de trabajar con ellos como personajes era lo locamente enamorados que estaban el uno del otro.
-¿Cómo nace el meme “Si tuviera uno”?
-Se trataba de empujar los límites de lo que este programa podía ser. El primer episodio que dirigí, que sigue siendo uno de mis favoritos, se llama “Action packed”, donde él desea ser un héroe de acción y tuvimos que hacer cosas en ese episodio que hasta entonces nadie había pensado en intentar. Y fue en base a eso que Nickelodeon dijo: "Wow, ese episodio fue realmente bueno, hagamos una película". Pero fue ver cómo podía llevar a los personajes al límite en ese episodio lo que me dio la confianza para, cuando llegó el episodio “Father Time”, realmente empujar cosas como la actuación y las poses. De ahí salió el meme "Si tuviera uno". Ahí fue donde empecé a ganar confianza como artista en el programa. Cuando llegó esa parte del guion, dije: "Voy a llevar las poses del papá a un nivel ridículo. Lo voy a sacar del modelo. No va a parecer él. Va a parecer legítimamente psicótico y sociópata, como si pudiera lastimar a alguien". Pensé: "He roto el modelo del papá y lo he puesto en poses que probablemente Butch odiará, la cadena odiará, todos lo odiarán, pero lo voy a intentar". Y para mi sorpresa, y para crédito de todos, cuando llegó ese momento de poses exageradas y esa mirada loca a la cámara, todos lo amaron. Por eso, mi sello en el programa siempre fue empujar a los personajes y probar sus límites.
-Hay una teoría relacionada con la tristeza de Timmy y cómo el programa se basa en que siempre está triste porque es cuando aparecen los padrinos mágicos. Si estás triste, los verás. Entonces, el tema principal del programa es que siempre está triste porque seguimos viendo episodios. ¿Qué opinas de eso? ¿Es un niño triste?
-Creo que es un niño perpetuamente insatisfecho. No creo que esté triste. No sé si "triste" es la palabra. Creo que es como muchos niños de 10 años. Está insatisfecho con cómo funcionan las cosas a su alrededor. Quiere que las cosas sean de una manera y espera que sean de otra, y cuando no lo son, está muy insatisfecho. Así que no, no creo que sea un niño triste. Creo que, como resultado de haber sido maltratado desde el principio por Vicky, es un niño en peligro. Más que triste, creo que Timmy, por culpa de Vicky, en los primeros episodios está muy asustado, nervioso y ansioso. Nunca lo he visto como triste. Timmy no es perfecto, no es un santo. Es fácilmente irritable, egoísta, insatisfecho muchas veces, quiere las cosas a su manera, pero también es un buen niño. También es un niño amable. Y está aprendiendo junto con el resto de nosotros.