
Brian Fernández rompió el silencio y explicó su alejamiento de Talleres de Remedios de Escalada, luego de casi un mes sin presentarse a entrenar. El delantero negó versiones sobre una recaída en el consumo de sustancias. Sin embargo, lo que asustó al ambiente del fútbol fue su denuncia contra el jefe de la barra brava, quien lo habría amenazado y le pidió que se fuera del club.
“Me dijo que agarre mis cosas y me vaya”, publicó en redes sociales. Talleres, por su parte, no emitió un comunicado oficial ni aclaró la situación contractual del jugador hasta hace pocos minutos. De hecho, la incerditumbre era tal que algunos medios comenzaron a mencionar que estaba "desaparecido", aunque el propio jugador salió a desmentirlo. En las últimas horas, hizo un posteo en Instagram en el que afirmó: "No estoy desaparecido. Estoy bien y con mi familia".
Hace tan sólo 50 minutos, en un posteo en X, Talleres (RE) no hizo mención alguna a la supuesta amenaza del barrabrava y se limitó a contestar que el jugador tenía "una licencia" y que "ni el club, ni ninguna persona, como se menciona, le impidieron el ingreso a las instalaciones de nuestra institución".
El C. A. Talleres informa que el futbolista Brian Fernández no entrena con el plantel profesional desde hace 20 días, habiendo notificado al club y al cuerpo técnico de su decisión: la misma es considerada una licencia en el ámbito laboral privado entre el club y el jugador
— Club Atlético Talleres (@ClubTalleresOk) July 29, 2025
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Fernández, de 30 años, ha transitado una carrera marcada por altibajos, con pasos por Defensa y Justicia, Racing, Sarmiento de Junín y las ligas de Chile, México y Estados Unidos. Luego recayó en el ascenso argentino, con pasos fugaces por Ferro, Deportivo Madryn, Colón de Santa Fe, Almirante Brown y, en última instancia, el mismo Talleres de Remedios de Escalada.
Más allá del episodio puntual, el caso reabre el debate sobre el acompañamiento institucional que reciben los futbolistas con antecedentes de salud mental, consumo o por amenazas de las barras bravas, donde la ausencia de protocolos claros ante situaciones de vulnerabilidad sigue siendo una deuda pendiente en gran parte del fútbol argentino.