
La detención de una mujer prófuga en una plaza del barrio porteño de Balvanera marcó el final de una organización criminal conocida como “La Coreo”, que operaba bajo la modalidad conocida como viudas negras para drogar y robar a hombres en distintos puntos del AMBA.
La organización tenía su base en el Barrio 21-24 Zavaleta y fue desbaratada tras una larga investigación. Todo comenzó el 16 de abril de 2023, cuando un hombre denunció en la Comisaría Vecinal 14 A haber sido dormido y asaltado en su departamento de la calle Malabia, en Palermo.
La víctima había invitado a una joven a su casa, sin saber que formaba parte de un esquema más complejo. Imágenes de seguridad revelaron que, además de la mujer, dos hombres salieron del lugar con pertenencias robadas.
La investigación recayó en la División Delitos Tecnológicos Complejos, que siguió el rastro de unas zapatillas robadas publicadas en redes sociales. Esto permitió organizar una compra controlada y detener a “Noelia”, entonces de 17 años, en la zona de outlets de Barracas. El análisis in situ de su celular derivó en nuevos allanamientos.
Uno de esos allanamientos fue clave: en Bernal, donde vivía Noelia con su madre, se encontraron mensajes que señalaban a Lucas y Aye como la pareja que dirigía la banda desde Zavaleta. Ella reclutaba chicas jóvenes para usarlas como señuelos en citas organizadas por apps, y él ingresaba a los domicilios cuando las víctimas ya estaban bajo el efecto de sedantes.
Ambos fueron detenidos en Barracas, donde se comprobó que el único celular en uso era el de Aye. Desde allí, Lucas impartía instrucciones, entre ellas el comando interno: “hacer la coreo”, el término con el que ponían en marcha cada asalto.
El análisis del teléfono también reveló la conexión con “Ricky”, un joven de 24 años que había salido en libertad condicional en marzo de 2024, tras pasar siete años preso. Ricky se encargaba de administrar perfiles falsos y organizar el trabajo de las viudas negras. Fue detenido en Zavaleta, donde hallaron una bolsa con tarjetas bancarias y SUBE robadas.
Una conexión con un caso paralelo en Lanús cambió el rumbo de la causa. Allí, un hombre de 56 años, al darse cuenta de que intentaban dormirlo, disparó contra tres delincuentes que ingresaron a su casa. Uno de ellos, de 17 años, murió. La mujer que organizó esa cita se hacía llamar Lucía, y su celular contenía mensajes con Ricky. Esto unificó las investigaciones entre la UFI de Lanús y la Policía de la Ciudad.
Lucía fue detenida en Liniers tras una breve fuga. Otros dos cómplices fueron localizados en Flores y en Zavaleta. En este último operativo, además, se incautaron drogas y fue arrestada una familiar del sospechoso.
Cuando la causa parecía resuelta, la Fiscalía de Menores 2 volvió a solicitar la colaboración de Delitos Tecnológicos para capturar nuevamente a Noelia, quien se había fugado tras obtener prisión domiciliaria por ser madre de un bebé. En diciembre de 2024, se quitó la tobillera electrónica y escapó dejando a su hijo atrás. Finalmente, fue localizada gracias al rastreo de su nuevo celular y arrestada en la Plaza 1° de Mayo, en el barrio de Balvanera.
La fiscal María Eugenia Sagasta, a cargo de la Fiscalía Nacional de Menores 2, elevó un reconocimiento formal a la Policía de la Ciudad por el trabajo realizado. En su nota destacó “el gran compromiso, esmero y profesionalismo de los agentes que se han desempeñado en las tareas investigativas”, subrayando además “la importancia que ha tenido su labor para la expedita identificación de los autores y el develamiento del modus operandi empleado”.