02/08/2025 - Edición Nº907

Internacionales

Justicia histórica

El caso Uribe en Colombia: condena y posibles modalidades de pena

01/08/2025 | El país asiste a un momento inédito: la Justicia decidirá la pena contra su expresidente más influyente, hallado culpable de soborno y fraude.



Colombia vive un momento sin precedentes en su historia reciente. A la espera de la audiencia convocada para este 1 de agosto a las 14:00, todo el país está atento a la decisión final de la jueza Sandra Liliana Heredia, quien anunciará la pena que deberá cumplir el expresidente Álvaro Uribe Vélez, tras haber sido hallado culpable de soborno a testigos y fraude procesal en un proceso que muchos consideran cargado de controversia y motivaciones políticas.

La lectura del fallo, que se realizó el pasado 28 de julio, marcó un hito: fue la primera vez que un expresidente colombiano fue declarado culpable por la justicia ordinaria. El proceso se extendió por más de 475 días, con decisiones judiciales cuestionadas por su severidad, el uso de pruebas indirectas y la presunta falta de imparcialidad en algunas instancias clave.

Pena y escenarios posibles

Según fuentes judiciales, la Fiscalía ha solicitado una condena de 109 meses de prisión, es decir, poco más de nueve años. Sin embargo, la definición de la modalidad de cumplimiento está en debate: podría ser reclusión carcelaria, arresto domiciliario o incluso libertad condicional mientras avanza la apelación.

Para muchos analistas, el factor edad pesa: Uribe tiene 73 años, y eso podría favorecer una decisión de detención en su residencia. Pero más allá de la edad, varios juristas destacan que no hubo enriquecimiento personal ni daño patrimonial al Estado, lo cual diferenciaría este caso de otras condenas por corrupción.

Reacción política y ciudadana

El país se encuentra profundamente polarizado. Un sector celebra el fallo como una señal de que "nadie está por encima de la ley", mientras que otros, especialmente simpatizantes del Centro Democrático, denuncian una "persecución judicial" motivada por intereses ideológicos y una vendetta política contra el uribismo.

Esta división se ha reflejado tanto en redes sociales como en medios y plazas públicas. La figura de Uribe, central en la política colombiana desde principios de siglo, ha pasado de ser un referente de orden y seguridad a convertirse en símbolo de resistencia o víctima del sistema judicial, dependiendo de la postura de quien opine.

Contexto del proceso

El origen del caso se remonta a una disputa con el entonces senador Iván Cepeda en 2012. Uribe lo denunció por supuesta manipulación de testigos, pero la Corte Suprema terminó redirigiendo la investigación hacia el propio expresidente. Este giro fue criticado por diversos sectores como una inversión injustificada de la carga probatoria y un uso político de la justicia.

En 2024, la Fiscalía formalizó la acusación, y el proceso derivó en una extensa audiencia con decenas de testimonios, registros telefónicos y pruebas documentales. La defensa de Uribe ha sostenido que muchas de las pruebas fueron interpretadas de manera sesgada y que hubo una presión mediática constante sobre el proceso.

Dimensión regional e internacional

Con esta condena, Uribe se suma a una lista creciente de expresidentes latinoamericanos enjuiciados o condenados por actos relacionados con corrupción o abuso de poder. Sin embargo, el caso colombiano ha levantado alertas en sectores internacionales por el uso político de la figura penal del soborno sin pruebas directas concluyentes.

Para algunos expertos en derecho comparado, el proceso colombiano representa un riesgo para la independencia judicial, en tanto evidencia cómo los juicios contra figuras políticas pueden ser instrumentalizados para fines ideológicos, erosionando la confianza ciudadana en las instituciones.

La decisión que viene

La jueza Heredia podría optar por una decisión salomónica: aplicar detención domiciliaria pero con medidas estrictas, como la restricción de contacto con terceros o monitoreo electrónico. Esta vía podría aplacar a ambos lados del espectro y proteger la estabilidad institucional.

No obstante, si se ordena su ingreso inmediato a un centro penitenciario, el país podría enfrentar jornadas de tensión. El propio Uribe ha advertido que recurrirá a todas las instancias judiciales disponibles, incluyendo la Corte Interamericana, lo que muestra su confianza en que la verdad prevalecerá a largo plazo.

Justicia manipulada 

El proceso contra Álvaro Uribe redefine las fronteras de la justicia colombiana. Más allá del desenlace específico, lo que está en juego es la credibilidad de las instituciones, pero también la capacidad del sistema de respetar el debido proceso y no caer en justicia selectiva.

Sea cual sea la decisión de este 1 de agosto, marcará un antes y un después. La justicia ha dado un paso inédito, pero ahora deberá demostrar que su imparcialidad no está subordinada a presiones externas ni a climas políticos temporales.