04/08/2025 - Edición Nº909

Deportes


Análisis

Fiebre de cero a cero: ¿partidos perfectos o nivel alarmante?

02/08/2025 | En la fecha 3 del Torneo Clausura 2024, de los quince encuentros disputados, ocho terminaron sin goles.


por Juan Rub


La fecha tres del fútbol argentino comenzó el viernes en Junín (Sarmiento-Lanús) y terminó el lunes en Lomas de Zamora (Banfield-Barracas Central). Boca profundizó su crisis, River y San Lorenzo no se sacaron ventajas, perdieron los dos de Avellaneda y sin embargo, los focos quedaron en otro lado: de los quince encuentros disputados, ocho terminaron sin goles, cero a cero  en el marcador.

Una resonante frase del fútbol afirma que «El partido perfecto es un cero a cero sin ocasiones de gol. Nadie se ha equivocado». Si la interpretamos en sentido literal, deberíamos decir que nuestro fútbol va camino hacia la perfección; en cambio si decidimos profundizar en los hechos, podemos llegar a preocuparnos y mucho.

En la temporada 2024-2025 de la Premier League se disputaron trescientos ochenta partidos, solo dieciséis terminaron sin goles (4,21%). En el mismo lapso temporal y con la misma cantidad de partidos disputados, La Liga de España solo registró veintiún empates sin tantos (5,53%). El patrón se replica, aunque en menor medida, en la Serie A italiana, donde veintiocho de los trescientos ochenta juegos no vieron movimiento en el marcador (7,39%).

La Bundesliga y la Ligue 1, torneos de trescientos seis partidos, tuvieron veintidós y catorce cero a cero respectivamente (7,19% para los alemanes y 4,58% para los franceses). El Mundial de Clubes, por su parte, concibió sesenta y tres partidos de los que seis, no tuvieron goles (el porcentaje se eleva a 9,52%). En cuatro de ellos, jugaban equipos sudamericanos.

San Lorenzo y River, otro de los partidos que terminaron cero a cero.

En la primera Copa de la Liga del 2025, treinta y cinco de los doscientos cincuenta y cinco encuentros finalizaron sin goles, lo que da un porcentaje de 13,73%. La métrica que en las competiciones analizadas oscilaba entre el 4% y el 7%, se duplica y hasta triplica en Argentina. En cuarenta y cinco partidos de la edición vigente del torneo, catorce empates sin goles. En el 31% de los juegos, ni los locales ni los visitantes lograron convertir.

Este repaso estadístico no debe ser considerado como un juicio de valor ya que menos goles no significan ineludiblemente peor fútbol. Sin embargo en un deporte (y sobre todo en un negocio) donde el gol es el eje, la ausencia de tantos puede volverse un inconveniente.

Ahora, ¿qué factores influyen en la generación de este patrón? ¿Son muy buenos los defensores de la liga local? ¿Resultan, en cambio, muy pobres las líneas ofensivas de nuestros equipos? O bien, ¿pesa demasiado el temor a la derrota en los futbolistas y entrenadores?

Los defensores argentinos destacan en todo el mundo, y es en parte por la garra, la entrega y el compromiso en el campo como características determinantes. “Cuti” Romero es alabado en Tottenham por su agresividad, Nicolás Otamendi se mantiene en la élite hace años por su solidez y Lisandro Martínez se asentó tanto en Ajax como en Manchester gracias a su actitud. Sin embargo, la defensa férrea no es característica exclusiva del futbolista argentino, sino del defensor sudamericano en general. Ningún delantero europeo se mostró cómodo al enfrentar a defensores argentinos, brasileños, uruguayos o ecuatorianos en el Mundial de Clubes, pero ¿eso lo explica todo?

Rosario Central y San Martín de San Juan tampoco se sacaron ventaja.

Si bien la falta de perspectiva y la noción de tiempos difíciles para el fútbol local nos hacen pensar que los planteles de la Liga Profesional son endebles o que no tienen el nivel que solían tener, sería injusto decir que no hay buenos jugadores ofensivos en el torneo argentino. Aunque cada vez cuesta más encontrar delanteros como Palermo, Sand, Silva, Ruben o Fuertes, atribuir a ello toda la carga dejaría el análisis inconcluso.

Entonces, puede que el factor principal sea nada más y nada menos que el temor. El temor de los futbolistas a perder prestigio, partidos y hasta sus puestos. Pero sobre todo el temor de los entrenadores, que saben perfectamente que tres o cuatro derrotas al hilo pueden causar sus despidos. Si bien es una problemática que se reitera en otros países del continente, en Argentina un entrenador es despedido por fecha. En 2024, noventa y cinco directores técnicos pasaron por la Primera División.

El cortoplacismo feroz que reina hoy en el fútbol argentino ha causado que el empate, con o sin goles, conforme a casi cualquier DT en casi todo contexto. El problema no es el “resultadismo”, tampoco el deseo de ganar. El problema es que el respeto a los procesos está roto, y a partir de ello algunos transforman una sola derrota en un inminente “fin de ciclo”.

Juan Rub