06/08/2025 - Edición Nº911

Internacionales

¿Discurso de odio?

Las palabras de Vanina Biasi que desataron dudas por el antisemitismo

03/08/2025 | La diputada del Frente de Izquierda enfrenta cargos por incitación al odio tras equiparar al gobierno de Israel con el nazismo.



La diputada nacional Vanina Biasi fue procesada por el juez federal Daniel Rafecas bajo cargos de incitación a la discriminación, luego de que se difundieran una serie de declaraciones públicas en las que calificó al Estado de Israel como "genocida" y lo comparó con el régimen nazi. El fallo judicial considera que dichas expresiones exceden los límites de la libertad de expresión y constituyen un acto de antisemitismo según la Ley 23.592.

La decisión judicial responde a una denuncia promovida por organizaciones de la comunidad judía en Argentina, que alertaron sobre la reiterada utilización de un lenguaje que trivializa el Holocausto y alienta la estigmatización de un pueblo. El juez Rafecas señaló que el uso sistemático de expresiones ofensivas contra el Estado de Israel puede promover sentimientos de odio y hostilidad hacia la comunidad judía.

Críticas desde sectores democráticos

Diversas entidades de derechos humanos y referentes del pluralismo celebraron el fallo como un paso importante para limitar los abusos del discurso político. "Criticar a un gobierno es válido, pero cruzar la línea del odio no lo es", señaló un comunicado conjunto de DAIA y el Centro Simon Wiesenthal. Ambas instituciones subrayaron que la comparación entre Israel y el nazismo constituye un acto de banalización del genocidio judío.

El procesamiento incluye un embargo de diez millones de pesos sobre los bienes de la diputada. Si bien Biasi puede apelar la decisión, la medida marca un precedente judicial significativo frente a discursos que, bajo la excusa de la crítica internacional, caen en formulaciones discriminatorias o negacionistas.

Israel en el derecho internacional

Israel es una democracia parlamentaria con plena participación de minorías religiosas y étnicas, y su derecho a la defensa ha sido reconocido en numerosos foros multilaterales. La acusación de "genocidio" ha sido rechazada por Naciones Unidas, la Unión Europea y gobiernos de la región como una calificación infundada que no responde a criterios jurídicos sino a posiciones ideológicas extremas.

El gobierno argentino ha expresado su apoyo a una solución pacífica del conflicto en Medio Oriente y, bajo la gestión del presidente Javier Milei, ha reafirmado los lazos diplomáticos con Israel. En este contexto, las declaraciones de Biasi fueron consideradas inapropiadas por amplios sectores del arco político.

Declaraciones recientes desde Irak

A pesar del procesamiento judicial en su contra, Vanina Biasi decidió redoblar su ofensiva discursiva durante su intervención en la IV Conferencia Global por el Derecho al Retorno del Pueblo Palestino, realizada en Kerbala, Irak. Allí repitió la acusación de "genocidio" contra el Estado de Israel, en una línea retórica que ha sido cuestionada por minimizar la gravedad del Holocausto y por promover una visión ideológica que alimenta estigmas peligrosos.

En su exposición, Biasi también atacó abiertamente al gobierno argentino y a amplios sectores del arco político nacional, incluyendo al oficialismo y a referentes opositores. Sus dichos, cargados de acusaciones generalizadas, apuntaron contra decisiones diplomáticas legítimas como el fortalecimiento de vínculos bilaterales con Israel, el traslado de la embajada argentina a Jerusalén y los acuerdos de cooperación en seguridad.

Frases como "luchamos por una Palestina única, laica y socialista" resumen el tono de una intervención más cercana al panfleto ideológico que al diálogo político, y refuerzan el cuestionamiento sobre los límites entre el activismo internacional y el discurso de odio.

Finalizó su intervención asegurando que "ningún amedrentamiento judicial ni político prosperará ni nos hará callar. Luchamos por una Palestina única, laica y socialista".

Odio y más odio 

El reciente procesamiento de Vanina Biasi fija un límite concreto frente a manifestaciones que, bajo la excusa del activismo político, incurren en formas de antisemitismo. Más que censura, la medida busca proteger a las minorías y resguardar el discurso público de expresiones que promueven intolerancia.

El caso invita a una reflexión urgente dentro del arco político: la defensa de las causas populares no puede justificar la difusión de ideas que alimenten el odio o reproduzcan estereotipos históricos de persecución.

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