
Una madrugada de violencia y muerte golpeó nuevamente al conurbano bonaerense. Esta vez, la víctima fue Leonel Cristian Ibarra, un joven de 17 años que fue asesinado en el partido de Ezeiza durante un intento de robo. Según confirmaron fuentes policiales, fue ejecutado de un disparo por la espalda mientras se dirigía en moto con su primo hacia una reunión de motociclistas.
El hecho ocurrió el jueves cerca de las dos de la mañana, sobre la avenida La Noria, a la altura del barrio Uno. Ibarra, que residía en el barrio San Javier de Carlos Spegazzini, viajaba como acompañante en una motocicleta Honda Wave conducida por su primo. El destino era una juntada nocturna habitual entre motociclistas en los bosques de Ezeiza.
Sin embargo, el trayecto fue interrumpido de manera abrupta. Cuando atravesaban la avenida, fueron sorprendidos por dos hombres a bordo de otra moto, de color azul, que los interceptaron y dispararon sin previo aviso. Uno de los tiros impactó directamente en la espalda del adolescente, quien cayó al suelo gravemente herido y murió casi en el acto.
Un patrullero municipal que realizaba un recorrido de rutina fue el primero en llegar al lugar. Encontraron a Ibarra tendido boca arriba, ya sin vida, y a su primo en estado de shock, sin poder reaccionar ante la escena. Rápidamente se dio aviso a las unidades correspondientes.
La Policía Científica y agentes del Departamento de Investigaciones (DDI) de Ezeiza trabajaron en la escena durante la madrugada. En el relevamiento inicial, se hallaron vainas servidas a 350 metros del lugar donde cayó la víctima, lo que sugiere que los disparos fueron efectuados a distancia. También se secuestraron dos cascos, una zapatilla verde y rastros biológicos sobre el manubrio de la motocicleta, pruebas que ya fueron remitidas para análisis forense.
El caso quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N.º 2 de Ezeiza, y fue caratulado como homicidio agravado criminis causa y robo agravado en grado de tentativa, lo que implica que los autores del hecho podrían enfrentar la pena de prisión perpetua una vez identificados.
Mientras los peritos avanzan con el análisis de la evidencia, los investigadores intentan reconstruir los movimientos de los agresores antes y después del crimen, con la esperanza de que cámaras de seguridad o testigos puedan aportar datos clave. Al momento, no hay detenidos ni sospechosos identificados, aunque la policía trabaja con la hipótesis de que los atacantes serían de la misma zona o aledañas, y que habrían actuado con una moto robada.