
Tal como es su costumbre, Fabio Márquez (@paisajeante) llegó a la entrevista con NewsDigitales en bicicleta. El medio de transporte económico y sustentable que utiliza a diario desde hace más de tres décadas con el que va a todos lados.
Ya en el estudio, Fabio expone toda su sapiencia a la hora de reclamar por el diseño del espacio público, por más arbolado, espacios verdes, sustentabilidad, respetar el patrimonio arquitectónico, volver a mirar hacia el Río de la Plata, y también, por qué no, exigirle a las autoridades comunales que pongan su mirada hacia el futuro de la ciudad, y expliquen qué Ciudad quieren dejar a las próximas generaciones.
Pero también, Márquez enfatiza sobre un tema que lo apasiona. Y es el que tiene que ver con todo lo relacionado con la protección patrimonial edilicia de la Ciudad.
"Los últimos tres jefes de Gobierno no vivían en la Ciudad, tenían dirección formal en la ciudad para ser candidatos, pero ni Jorge Macri, ni Horacio Rodríguez Larreta, ni Mauricio Macri vivían en la ciudad. Pero, ¿qué quiere decir que no vivan? Que no la caminan, no van a la plaza, no van al supermercado y ahí es cuando se nota que no tienen vínculo con la Ciudad. Por las decisiones que toman”, afirma sin rodeos Fabio. “En los últimos 18 años se hizo mucha obra pública, en la cual se le quitó identidad a la Ciudad porque a veces una ciudad que tiene tanta historia, tantos iconos, es como que cada cosa nueva que hagas tenés que hacerla con mucho respeto por ese legado, sin congelarlo”, agregó.
En este sentido, Paisajeante señala que en su mayoría quienes diseñan la trama urbana tampoco tienen vínculos con el espacio que van a intervenir. “Creo que hay algo de banalidad en la cual ven lo patrimonial como viejo. Es gente que no está vinculada emocionalmente con eso. En general, la mayor parte de quienes hacen esos diseños no viven en la ciudad. Hay mucha gente, por ejemplo, que vive en zona norte del conurbano, entonces no tienen ningún vínculo con el espacio a diseñar. No tienen recuerdos, tampoco sus familiares, y nunca jugaron ahí. Y cuando no tenés compromiso con el espacio que diseñas o que vas a intervenir, y encima tenés ese concepto que te encontrás con algo viejo, no te cuesta nada romperlo. Y sobre todo, porque no vas a usar ‘eso nuevo’ que estás haciendo. La ciudad no tiene que ser un museo. Y hay cosas que se nota cuando se hacen de golpe. Por ejemplo, toman una plaza y la hacen toda de nuevo, sin considerar que por ese espacio pasaron varias generaciones”.
En este sentido, Paisajeante sostiene que “cuando uno actúa sobre el espacio público tiene que saber que siempre está fomentando el encuentro social, constructor de comunidad. Es el lugar donde es el más democrático de los espacios. Pero si lo intervenís ‘pifiándola’, en vez de lograr ese objetivo, lo estás rompiendo y eso no se arregla después”.
Y concluye: “El gran peligro del diseño contemporáneo de ciudad es que con la mejora de las intenciones estás transformando un lugar en un no lugar”.