
Franco Colapinto vivió este domingo en Hungría una carrera frustrante, marcada por dos paradas en boxes insólitas que arruinaron cualquier posibilidad de pelear por los puntos. El piloto argentino terminó 18.º, tras un Gran Premio donde Alpine volvió a fallar donde más duele: en los detalles.
La ilusión del joven de Pilar duró apenas unas vueltas. Partía desde la 14.ª posición, pero un error al intentar superar a Antonelli en la curva 3 lo relegó rápidamente al fondo del pelotón. Luego fue superado por su compañero Pierre Gasly y quedó último entre los que no abandonaron. Y entonces llegó el primer golpe de escena.
En la vuelta 14, Colapinto ingresó a boxes para cambiar neumáticos. Pero lo que debía ser una detención rutinaria se transformó en un escándalo: 11.1 segundos demoró Alpine en cambiar de medios a duros, casi el triple de lo habitual. El enojo del argentino se percibió por radio, mientras volvía a pista en el puesto 20, a más de 20 segundos del Sauber de Nico Hülkenberg.
Como si no alcanzara con esa pérdida de tiempo, la segunda parada no fue mucho mejor: 7.2 segundos de detención y otra frustración. Con buen ritmo en pista -muy cercano al de Isack Hadjar (p11)- pero con graves errores del equipo que lo condenaron, Colapinto terminó cruzando la bandera a cuadros en la posición 18.
Ajeno a la odisea de Alpine, Lando Norris ganó en un final emocionante tras resistir el ataque de su compañero Oscar Piastri en las últimas vueltas. McLaren fue el gran protagonista del día, con una estrategia acertada que contrastó con el caos de Ferrari. Charles Leclerc, que largó adelante, cayó al cuarto puesto y se descargó por radio con su equipo por la mala estrategia.
El podio lo completó George Russell (Mercedes), tras un gran adelantamiento sobre Leclerc a ocho giros del final. Detrás llegaron Fernando Alonso, Gabriel Bortoleto, Lance Stroll, Liam Lawson, Max Verstappen y Andrea Kimi Antonelli, completando la zona de puntos.
Para Colapinto, más allá del resultado, el GP de Hungría dejó una señal de alarma: Alpine no está a la altura de lo que necesita un piloto que quiere crecer en la Fórmula 1. Si bien el argentino cometió un error en la largada, las fallas del equipo en los boxes fueron determinantes. En una categoría donde cada décima cuenta, perder 18 segundos entre dos paradas es lapidario.
El argentino deberá dar vuelta la página y esperar que en el próximo Gran Premio encuentre no solo mejor ritmo, sino también un equipo que lo acompañe con mayor precisión. Porque talento le sobra. Pero así, es muy difícil.