Macri reconfigura alianzas: el papel de diciembre en su estrategia

El regreso de Mauricio Macri al centro de la escena no fue casual ni decorativo. En una cumbre cerrada del PRO, el expresidente dejó pistas de un plan más ambicioso que una simple reaparición. Dijo que “al Gobierno se le va a acabar el agrande” y deslizó que, antes de fin de mes, podrían explotar chats y transferencias del caso Libra en la Justicia de Estados Unidos. En Argentina, el expediente avanza con el freno de mano puesto: hasta los querellantes le reclamaron celeridad al fiscal Eduardo Taiano.

Pero lo judicial es apenas una parte del tablero. Macri pidió “agazapar candidatos” en las listas para jugar fuerte en diciembre junto a los gobernadores y Victoria Villarruel, en busca de una nueva derecha con poder real. No es solo una pulseada electoral: busca condicionar a Javier Milei desde el Congreso, con una bancada afín y una agenda que recupere protagonismo político para el PRO.

En esa lógica encaja el espacio que tejieron seis gobernadores opositores. El exmandatario imagina que, si todo sale como prevé, ese grupo termine conformando un interbloque bajo la presidencia de Juan Schiaretti. El cordobés, viejo aliado de Macri, ya tuvo reuniones con Miguel Pichetto y el propio expresidente, según confirmaron fuentes que estuvieron en las oficinas de Jorge Triaca, en el Bajo porteño.

La relación con Villarruel también juega su partido. El vínculo está intacto y la vice ya mostró gestos de autonomía frente a la Rosada, sobre todo en momentos clave como los vetos a las leyes o la avanzada contra los senadores. En ese marco, no sorprendió que Macri interpretara su actitud como una señal de apertura para un eventual eje de poder alternativo dentro del oficialismo.

Respecto a la Ciudad, Macri se mostró más permeable a recomponer con Horacio Rodríguez Larreta, en un posible acuerdo de gobernabilidad que incluya cargos y control político. Todo un giro después de meses de frialdad. Mientras tanto, su mirada se posó con preocupación sobre Diego Santilli, a quien dedicó un comentario enigmático que cerró la reunión con un aire tenso.

Lejos de la figura retirada que dejó ver tras la derrota electoral porteña, Macri volvió a escena con un plan que combina advertencias judiciales, armados legislativos y movimientos quirúrgicos en el tablero político. En su entorno dicen que diciembre será el verdadero inicio del juego: una nueva oposición, con control territorial, bloques propios y una agenda que le dé revancha.