
En los últimos 20 años, la cadena de valor porcina ganó espacios en las preferencias de los consumidores argentinos. En un panorama que entonces estaba dominado por la carne vacuna, ese sector comenzó a esbozar un lento pero sostenido crecimiento, que permitió llegar a un presente en donde el consumo a nivel nacional es de 23 kilos anuales por habitante, que incluye carne fresca y chacinados.
El consultor porcino y titular de la Consultora JLU, Juan Uccelli, fue uno de los protagonistas de esta historia. En diálogo con News Digitales, recordó que a principios de la década del 2000, el consumo era de 4 kilos, de los cuales 3 kilos correspondían a chacinados y solo 1 de carne fresca.
En estos días, el consumo de chacinados se mantiene en niveles similares a veinte años atrás, pero el despegue vino por el lado de la carne fresca. “La carne porcina ya compite con la vacuna y el pollo”, afirmó.
Uccelli afirmó que “cuando diseñamos estrategias; era casi imposible, crecer en chacinados; entonces apostamos a la carne fresca y ese fue el cambio de paradigma del sector”, sostuvo.
En este punto, reconoció que miraron bien de cerca el modelo de crecimiento avícola, que demostró su efectividad: en la actualidad, su consumo empató a la carne vacuna y ha llegado a superarla.
“La carne de cerdo sigue siendo barata, la gente la está llevando”, sostuvo. Y explicó que para la próxima década apuntan a que el consumo se ubique en un nivel de 32 a 33 kilos por habitante al año.