
Un año después del asesinato de Milton Morales Figueroa, coordinador de operaciones especiales de la Policía de la Ciudad de México, la Justicia parece haber dado un golpe decisivo. Gustavo Aldair Arzate Vázquez, alias "El Malportado", fue capturado el 2 de agosto en Acapulco, en pleno festejo de su cumpleaños. Junto a él, otros cuatro operadores clave del Cártel Nuevo Imperio fueron arrestados en una operación silenciosa, pero quirúrgica, que coronó doce meses de seguimiento.
La detención no solo marca un hito en la investigación por el homicidio de Morales, ocurrido en julio de 2024, sino que descabeza a una de las organizaciones criminales emergentes más violentas del centro del país. Las autoridades consideran que este golpe podría desestabilizar a la estructura delictiva en varias entidades, especialmente en la capital y el Estado de México.
El operativo se realizó en un club de playa, sin necesidad de disparos. En el lugar, la policía incautó armamento de uso exclusivo del ejército, drogas sintéticas y marihuana, además de evidencias que conectan directamente a los detenidos con el asesinato de Morales. La escena fue documentada como uno de los golpes más certeros al crimen organizado en lo que va del sexenio.
La figura de "El Malportado" había cobrado notoriedad tras la captura de Néstor Arturo, "El 20", su predecesor, en 2024. Con apenas 27 años, Arzate Vázquez había consolidado alianzas y reestructurado la operación del cártel en zonas de alta conflictividad como Iztapalapa, Tlahuac, Naucalpan y Ecatepec.
Milton Morales era considerado el brazo derecho operativo de Omar García Harfuch, entonces secretario de Seguridad de la CDMX. Su homicidio, ejecutado con precisión en Coacalco, evidenció la capacidad del cártel para golpear directamente al aparato de seguridad estatal.
Desde el primer momento, la línea de investigación apuntó a una represalia por operativos conjuntos que habían debilitado la red delictiva en la capital. El seguimiento a las comunicaciones internas del grupo criminal permitió, finalmente, ubicar a "El Malportado".
El Cártel Nuevo Imperio se originó como una escisión del Cártel de Sinaloa, formalizándose como grupo independiente en 2017 tras la captura de Dámaso López, "El Mini Lic". Desde entonces, su accionar se ha concentrado en la zona metropolitana del Valle de México, con actividades que incluyen extorsión, narcomenudeo, secuestro y robo a transporte de carga.
La violencia y sofisticación de sus ataques lo posicionaron como un actor emergente de alto riesgo. Su alianza con remanentes de La Unión Tepito y enfrentamientos con el CJNG lo situaron en el centro del tablero criminal nacional.
La caída de "El Malportado" representa el segundo gran descabezamiento de la cúpula del cártel en apenas un año, lo que pone en duda su capacidad de reorganización. Según fuentes de inteligencia, la estructura de mando se ha fragmentado, y algunos jefes intermedios ya han intentado escapar del país.
Al menos nueve personas han sido detenidas en relación directa con el caso Milton, lo que demuestra el compromiso institucional por esclarecer el crimen y desarticular al grupo responsable. No obstante, algunas voces advierten que la descentralización del crimen organizado podría abrir paso a nuevos liderazgos más impredecibles.
🚨🚨🚨Acapulco -Guerrero-
— Eco_1_LVM (@Eco1_LVM) August 4, 2025
Mientras vacacionaban tranquilamente en un exclusivo club de playa, atoraron a unos malandros del Nuevo Imperio.
-Gustavo "El Malportado" Aldair Arzate
-Alejandro Bryan "El Tosco"
-Carlos "Cabezas"
-Javier "Frijol"
-José Ignacio
Estos operan en las… pic.twitter.com/6GihUxEPKS
La captura de "El Malportado" es un logro operativo que consolida la eficacia de la inteligencia criminal del Estado. También es un mensaje claro: incluso las organizaciones emergentes, que se creen al margen del foco público, están siendo monitoreadas. Pero la verdadera victoria solo llegará si se evita que la estructura resurja bajo otros nombres o con nuevos actores.
En ese sentido, la detención es tanto un cierre como un nuevo inicio. El crimen organizado en México ha demostrado una enorme capacidad de adaptación. La justicia no puede confiarse solo en golpes espectaculares: debe haber una estrategia sostenida que combine inteligencia, justicia social y reforma institucional.