
La Cámara de Diputados retoma este miércoles la actividad con una sesión especial pedida por la oposición, que servirá como termómetro político en pleno armado electoral. Con un quórum justo —131 bancas—, el Congreso discutirá temas que incomodan al oficialismo: desde el financiamiento universitario y el Hospital Garrahan, hasta la coparticipación de los ATN y el Impuesto a los Combustibles.
La iniciativa no incluye los vetos más sensibles de Javier Milei —jubilaciones, moratoria y discapacidad— que fueron estratégicamente postergados. Sólo se tratará el veto a la Ley de Emergencia por las inundaciones en Bahía Blanca, que ya cuenta con media sanción del Senado. Si Diputados logra dos tercios, volvería a estar vigente.
En los pasillos de Balcarce 50 y en las gobernaciones, el poroteo es intenso. Los gobernadores de Unión por la Patria y Martín Llaryora de Córdoba empujan por el quórum, mientras que Juntos por el Cambio juega en modo dual: rompe con La Libertad Avanza en lo discursivo, pero teje listas comunes en Buenos Aires y la Ciudad. El PRO de Mauricio Macri aparece dividido entre acompañar al Gobierno en el recinto o disimular su sociedad electoral.
En Casa Rosada admiten que las iniciativas sobre coparticipación y fondos nacionales —impulsadas por los gobernadores— tienen respaldo mayoritario y podrían ser aprobadas antes de fin de mes. En especial, la distribución automática de los ATN representa una amenaza directa al modelo centralista de Milei.
Los vetos sociales serán tratados más cerca de octubre. La jugada opositora es clara: que los diputados oficialistas que voten en contra de jubilaciones o discapacidad "paguen el costo político en campaña". Mientras tanto, el Ejecutivo sigue estirando los tiempos formales para no afectar los acuerdos con el PRO en el AMBA.
El Congreso vuelve, pero con un ojo puesto en las bancas y el otro en las boletas. Para muchos, esta sesión es algo más que una discusión legislativa: es el primer round de la campaña hacia el 7 de septiembre, cuando se definan las legislativas bonaerenses. Y nadie quiere llegar con heridas.