
La nostalgia reina desde hace años en la industria, con películas y series que son remakes, reboots o secuelas de producciones emblemáticas de antaño. Hasta nos metieron el concepto de “recuela” en Scream para justificar la omisión de algunos sucesos de otras película, un concepto que combina elementos de una remake con los de una secuela. Sí, es confuso. Pero funciona.
¿Y saben qué más funciona? Otro viernes de locos, la secuela de Un viernes de locos (Freaky Friday), un clásico de la comedia de los 2000 que las tuvo a Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis como hija y madre que intercambiaban roles a partir de una maldición que las obligaba a entenderse mutuamente. Más de dos décadas después, esta continuación vuelve a repetir la fórmula pero logra que no se sienta para nada reciclada.
En Otro viernes de locos se suman dos personajes nuevos: la hija adoptiva de Anna (Lohan) y la hija del nuevo prometido de Anna. Obvio que estas dos adolescentes se llevan pésimo y será lo que desate una nueva maldición como punto de partida para una típica comedia de enredos.
Volvieron los 2000 y volvieron con todo: música, vestuario y hasta formas de filmar. Porque Otro viernes de locos es una hija fiel de la película original de 2003, que suma algunos elementos actualizados como las redes sociales. Eso sí, hay que remarcar que si algo tiene la producción original es que ha resistido muy bien el paso del tiempo y ha envejecido tan bien como Jamie Lee Curtis, la estrella de esta secuela.
Ah, porque si hay alguien que se está divirtiendo por completo en esta película, esa es Jamie Lee Curtis. Volviendo a ser la doctora Tess Coleman después de tantos años, nos regala momentos memorables: es que, le tocó hacer de adolescente refinada en este cambio de roles, y lo hace de maravillas.
Gran sorpresa la de Disney con Otro viernes de locos, que se estrena mañana en salas y que te va a dejar cantando “Take me away” todo el día.