
El último estudio de la consultora Trends trae una alerta temprana para La Libertad Avanza: de mantenerse la tendencia, Fuerza Patria ganaría las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Con un 43,2% de intención de voto frente al 40,6% libertario, la brecha entre ambos espacios se estira a casi tres puntos, y crece mes a mes desde mayo.
Pero la foto de la encuesta no se limita a una ventaja coyuntural. Hay una erosión estructural en la imagen de Javier Milei, que perfora por primera vez el piso de 45 puntos de positiva y alcanza los 55,2% de negativa, mientras que Karina Milei encabeza el ranking de rechazos con un preocupante 58,3%. En contraste, Axel Kicillof revierte el saldo de imagen: pasó de un diferencial negativo en mayo a uno ligeramente positivo en agosto (48,5 vs. 47,7).
En términos nacionales, la proyección es más pareja pero igual de inquietante para el oficialismo: el kirchnerismo sube 14 puntos en tres meses (del 23 al 37%) mientras que LLA se estanca en torno al 39%. La eventual unidad del peronismo —entre el ala K y los sectores federales— ya supera a libertarios y PRO: 44,1% contra 43%.
La encuesta también midió estado de ánimo social: el 52,4% expresa temor, tristeza, decepción o enojo con el rumbo del país. Solo un 37,3% se manifiesta optimista. En paralelo, se desploma el consumo y se multiplican los cierres de pymes y despidos en el conurbano bonaerense, golpeando directo en el núcleo electoral más caliente.
El otro dato que inquieta es el desinterés en ir a votar. El ausentismo, que ya fue alto en Ciudad, amenaza con trasladarse a Provincia. Según Trends, más de 22% de los bonaerenses dice que no está interesado en votar en estas elecciones, lo que podría alterar cualquier pronóstico.
En medio de este panorama, el rechazo al gobierno nacional crece más rápido que la capacidad de los libertarios de retener su voto original. La imagen presidencial se vuelve una carga en las secciones más populosas, y la estrategia del “voto ideológico” parece chocar contra la realidad económica. El calendario no espera: septiembre está a la vuelta de la esquina, y octubre ya proyecta un nuevo round.