
Narendra Modi viajará a China el 31 de agosto para participar en la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), marcando su primera visita oficial al país desde 2018. El gesto tiene un fuerte contenido simbólico: India y China buscan reactivar sus vínculos tras los enfrentamientos militares en la región de Ladakh en 2020, y lo hacen en un contexto donde las tensiones entre Nueva Delhi y Washington se profundizan.
El encuentro se realizará en Tianjin y contará con la presencia de los líderes de China, Rusia, Irán y otros miembros del bloque, lo que le otorga a India una plataforma para mostrar autonomía estratégica frente a un Occidente cada vez más hostil. En las últimas semanas, el presidente Donald Trump impuso aranceles del 25 % al acero y productos agrícolas indios, además de amenazar con sanciones por la compra de petróleo ruso.
El acercamiento entre Modi y Xi Jinping comenzó en octubre de 2024, durante una cumbre de los BRICS, pero esta será la primera instancia de alto nivel en territorio chino desde que ambos países entraron en un largo período de congelamiento diplomático. Pese a que los conflictos fronterizos no han sido plenamente resueltos, India parece apostar por la distensión, al menos en el plano económico y multilateral.
La visita también incluye reuniones bilaterales paralelas, donde se espera que India negocie con China temas de infraestructura, inversiones tecnológicas y cooperación energética. Funcionarios indios han señalado que no hay condiciones previas para el diálogo, pero sí una voluntad de avanzar en una "relación de respeto mutuo y no intervención".
En contraste, la relación de India con Estados Unidos vive su peor momento en años. Trump ha acusado al gobierno de Modi de beneficiarse de subsidios injustos y de alinearse con Rusia, particularmente en la compra de petróleo y armas. Las represalias comerciales se enmarcan en una política de presión general sobre los países que no siguen la agenda estratégica de Washington.
India, en respuesta, ha iniciado una revisión de su política de alianzas y prioriza el fortalecimiento de sus lazos con actores asiáticos. El acercamiento a China y su rol dentro de la SCO apuntan a diversificar su red diplomática y reducir su dependencia del mercado estadounidense, que se ha vuelto cada vez más volátil.
BREAKING:
— Megatron (@Megatron_ron) August 6, 2025
🇮🇳🇨🇳 Trump imposed sanctions on India and threatened it daily
Indian PM Modi is now leaving for a visit to China after 6 years.
Reports say that BRICS countries are preparing for a joint response against the tariffs.
India and China have officially rejected Trump's… pic.twitter.com/TWtAHzDw6e
La Cumbre de Tianjin puede consolidar un nuevo eje de cooperación entre India, China y Rusia, reforzando la idea de un orden mundial multipolar. Modi intentará utilizar ese escenario para impulsar propuestas de cooperación en inteligencia artificial, seguridad energética y lucha antiterrorista, además de poner en agenda la situación de Pakistán y su influencia dentro del bloque.
Para muchos analistas, la visita de Modi es una señal clara: India no está dispuesta a aceptar imposiciones unilaterales ni de China ni de Estados Unidos. En cambio, busca consolidarse como un jugador autónomo, con capacidad de negociar en varios tableros sin perder soberanía ni prestigio.