
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, afirmó desde el extranjero que la soberanía de la "Isla Santa Rosa" no está en conflicto y que no constituye un tema pendiente de discutir con Colombia. Sus declaraciones surgen en medio de un aumento de tensiones diplomáticas, luego de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, acusara a Lima de violar el tratado de límites firmado en 1934 y reclamara un proceso bilateral para definir la pertenencia del territorio.
La isla Santa Rosa, ubicada en el río Amazonas y habitada por más de 3.500 personas, fue recientemente formalizada como distrito de Loreto por el Congreso peruano, medida que Bogotá considera unilateral. Para el gobierno de Boluarte, esta decisión solo reafirma un control histórico sobre el área, derivado de su pertenencia a la isla Chinería, reconocida como parte del Perú.
El mandatario colombiano ha reiterado que cualquier nueva formación de tierra en la zona fronteriza debe ser asignada de forma conjunta, según lo estipula el Protocolo de Río de Janeiro. Desde su perspectiva, Santa Rosa es una isla que surgió posteriormente y que, por lo tanto, no tiene adjudicación automática a ningún Estado. Petro también advirtió que esta situación podría afectar el acceso de Leticia al río Amazonas, un punto estratégico para Colombia.
En respuesta, la Cancillería colombiana ha emitido notas diplomáticas y propuesto que el tema se aborde en instancias bilaterales. La tensión se elevó luego de que Petro declarara que, de no resolverse el diferendo por esta vía, Colombia podría acudir a organismos internacionales para dirimir el asunto.
El gobierno peruano sostiene que la Isla Santa Rosa no es un nuevo territorio, sino una prolongación histórica de la Isla Chinería, que le pertenece por derecho. Boluarte recalcó que “la soberanía no está en discusión”, y que la creación del distrito responde a la necesidad de fortalecer la presencia estatal y garantizar servicios básicos a sus pobladores.
En este sentido, el primer ministro Eduardo Arana y su gabinete se desplazaron recientemente a la isla para supervisar la entrega de ayuda social. Entre las medidas adoptadas figuran programas para mejorar el acceso al agua potable, la atención médica y el abastecimiento de alimentos, en una zona marcada por altos índices de pobreza.
A pesar de la firmeza de su posición, Lima ha confirmado que el próximo 11 de septiembre se llevará a cabo una reunión bilateral en la capital peruana. El encuentro forma parte del Mecanismo de Consultas Políticas y pretende abordar asuntos de cooperación fronteriza, aunque para el Ejecutivo peruano la soberanía sobre Santa Rosa no estará en la agenda.
Colombia, en cambio, espera que en esa instancia se abra un espacio para dialogar sobre el estatus de la isla. Fuentes diplomáticas en Bogotá consideran que postergar la discusión podría prolongar el clima de desconfianza y afectar la relación bilateral en otros ámbitos.
Conflicto TOTAL entre Colombia 🇨🇴 y Perú 🇵🇪
— BlackMaps 🗺️ (@maps_black) August 8, 2025
Perú 🇵🇪 creó el municipio de Santa Rosa, alegando que está de su lado del río.
Mientras tanto Colombia 🇨🇴 reclama que al aparecer luego del tratado, esta isla no forma parte de él.
Además los pobladores de Leticia temen perder su… pic.twitter.com/cCe9IIOslL
El caso de la isla Santa Rosa evidencia cómo los conflictos territoriales pueden reactivarse incluso en zonas con décadas de estabilidad aparente. La decisión peruana de formalizar el distrito, respaldada por acciones en el terreno, busca consolidar una posición de hecho antes de cualquier negociación, estrategia que podría fortalecer su postura en eventuales foros internacionales.
Para Colombia, el desafío radica en defender sus intereses sin deteriorar de forma irreversible la cooperación amazónica, crucial para temas ambientales, comerciales y de seguridad. El desenlace dependerá de la capacidad de ambas naciones para combinar firmeza en sus reclamos con canales de diálogo que eviten la escalada de un conflicto en una de las fronteras más sensibles de Sudamérica.