12/08/2025 - Edición Nº917

Internacionales

Luto político

Colombia y el impacto del asesinato de Uribe Turbay en la política

11/08/2025 | El asesinato del senador y candidato presidencial reaviva el dolor de la violencia política y expone el fracaso del gobierno Petro en garantizar seguridad.



Colombia amanece de luto tras confirmarse la muerte del senador Miguel Uribe Turbay, quien falleció en la madrugada del 11 de agosto de 2025, luego de luchar por su vida durante más de dos meses tras un atentado armado. El ataque, perpetrado el pasado 7 de junio por un menor de 15 años, dejó heridas fatales, incluidas dos balas en la cabeza, que lo mantuvieron en un delicado estado de salud hasta su deceso.

La noticia ha generado un profundo rechazo nacional e internacional. Uribe Turbay, reconocido por su firmeza en el debate político y su defensa de principios democráticos, se perfilaba como una de las figuras más influyentes de la oposición. Su voz crítica frente al rumbo del gobierno de Gustavo Petro y su compromiso con una Colombia segura y próspera lo convirtieron en blanco de ataques políticos y amenazas reiteradas.

Un crimen que hiere la historia

El asesinato de Uribe Turbay lo convierte en el octavo candidato presidencial en ser ultimado en la historia del país, uniéndose a una trágica lista de líderes que incluye a Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán y Álvaro Gómez Hurtado. Cada uno de estos crímenes ha marcado un antes y un después en la vida política de Colombia, dejando la sensación de que el país no ha logrado cerrar las heridas de la violencia.

La indignación se acrecienta al considerar que el asesinato ocurrió en medio de un contexto de creciente inseguridad y debilitamiento institucional. Las promesas de protección a líderes políticos han quedado en el papel, mientras que los grupos armados y estructuras criminales parecen actuar con total impunidad.

El fracaso de la seguridad bajo Petro

La administración de Gustavo Petro enfrenta duras críticas por su ineficacia en garantizar la vida de figuras públicas amenazadas. A pesar de las advertencias y solicitudes de refuerzo en la seguridad de Uribe Turbay, las medidas adoptadas fueron claramente insuficientes. El hecho de que un menor de edad haya ejecutado el atentado revela la grave penetración de la criminalidad en las comunidades y la ausencia de políticas efectivas de prevención.

Para amplios sectores de la opinión pública, este crimen es el reflejo de un Estado debilitado, incapaz de proteger a sus ciudadanos y especialmente a quienes representan alternativas políticas al poder actual. La muerte de Uribe Turbay no solo es una pérdida personal para su familia y aliados, sino un duro golpe a la democracia colombiana.

Un legado que no se apaga

La trayectoria de Miguel Uribe Turbay estuvo marcada por un compromiso firme con la transparencia, la seguridad ciudadana y el fortalecimiento institucional. A pesar de su temprana partida, su discurso y sus propuestas seguirán inspirando a quienes sueñan con un país libre de violencia y con un sistema político plural y seguro.

El país enfrenta ahora el desafío de honrar su memoria no solo con discursos, sino con acciones concretas para que ningún otro líder caiga bajo las balas del odio y la impunidad.