
La CONMEBOL oficializó este lunes que el Estadio Monumental de Lima será el escenario de la gran final de la Copa Libertadores 2025, que se disputará el sábado 29 de noviembre. La decisión fue confirmada por el presidente del organismo, Alejandro Domínguez, tras una reunión con autoridades del gobierno peruano y la Federación Peruana de Fútbol.
"Quiero agradecer a la @tufpf_oficial, a su presidente @alozanofpf y al club @universitario1924 por trabajar en conjunto con la @CONMEBOL para que hoy podamos confirmar al Monumental de Lima como sede de la gran final de la CONMEBOL @Libertadores. ¡Estoy seguro que será otro evento a la altura de los mejores del mundo y que viviremos una fiesta del fútbol!", señaló el mandamás del fútbol sudamericano en sus perfiles de redes sociales.
La elección del "coloso de Ate", sede del club Universitario, pone fin a meses de especulación sobre cuál sería el recinto elegido en la capital peruana, que ya había sido confirmada como sede. En carpeta estaban el Estadio Nacional de Uruguay y el Monumental de Perú, pero finalmente se optó por este último, que cuenta con una capacidad de 80.093 espectadores, siendo el más grande del país.
No será la primera vez que Lima reciba una final de Libertadores. En 2019, el Monumental fue testigo de una definición épica entre River Plate y Flamengo, que terminó con victoria brasileña por 2-1 gracias al doblete de Gabigol. Aquella organización impecable fue clave para que la ciudad volviera a ser considerada.
La elección de Lima también responde a criterios logísticos y de imagen institucional. Según trascendidos, Brasil y Uruguay quedaron fuera de carrera por recientes polémicas vinculadas a la organización de eventos deportivos. En cambio, Perú ofreció garantías de infraestructura, seguridad y proyección internacional.
El club Universitario de Deportes, dueño del estadio, celebró la noticia como un reconocimiento a su gestión y al fútbol peruano. “Nuestro Monumental U vuelve a hacer historia”, expresaron en una publicación de Instagram donde se puede apreciar la majestuosidad de la construcción.