
Macaulay Culkin, el inolvidable protagonista de Mi pobre angelito, se convirtió en una estrella mundial a los 10 años interpretando a Kevin McCallister, el niño que defiende su casa de dos torpes ladrones en la comedia navideña de 1990. La película, dirigida por Chris Columbus, fue un fenómeno global, recaudando más de 476 millones de dólares en taquilla y consolidándose como un clásico. Años después, el actor reflexionó sobre su experiencia en el podcast Hot Ones con Sean Evans, donde abordó la eterna comparación entre la primera película y su secuela, Mi pobre angelito 2: Perdido en Nueva York.
Cuando Sean Evans le preguntó qué hacía a Mi pobre angelito 2 mejor que la original, Culkin respondió con humor. “Me pagaron más. Creo que tengo el 5% de la recaudación neta. También tengo el 15% de las ventas de mercancías. Así que, si comprás un Talk Boy, yo digo: ‘Sí, me llevo el 15% de eso’. Muchas gracias”, señaló.
Para la primera Mi pobre angelito, Culkin recibió 110.000 dólares, una suma considerable para un niño de 10 años, pero fue en la secuela donde su salario se disparó a aproximadamente 3.93 millones de dólares. Sin embargo, el verdadero impacto económico vino de los ingresos posteriores: gracias a su contrato, Culkin acumuló más de 25 millones de dólares entre las dos películas, una cifra impresionante para un actor tan joven.
Tras el éxito de las dos entregas y algunos proyectos posteriores, como Ricky Ricón y Mi primer beso (que lanzó entre las dos Mi pobre angelito), Macaulay Culkin decidió alejarse de la actuación durante varios años. Regresó en 2003, casi una década más tarde, para hacer Party Monster. Y aunque lo vimos en producciones como American Horror Story o The Righteous Gemstones, su fama no era la misma.