
La politóloga Laura Fernández Delgado, de 39 años, ha sido designada como candidata presidencial del partido Pueblo Soberano (PPSO) para las elecciones generales de febrero de 2026. Exministra de Planificación (2022-2025) y de la Presidencia (2024-2025), su trayectoria en el Gobierno la ha posicionado como una de las figuras de mayor confianza del presidente Rodrigo Chaves, quien la respalda públicamente a pesar de estar legalmente impedido de participar directamente en la campaña.
Críticos consideran que su candidatura es una maniobra para prolongar el poder político de Chaves por vía indirecta, amparándose en su popularidad y en un discurso contra las "castas" políticas tradicionales. Para detractores, esto pone en riesgo el equilibrio democrático y puede consolidar una concentración de poder sin precedentes en el país.
La designación de Fernández recuerda a estrategias de sucesión utilizadas en otros países, pero en Costa Rica ha generado preocupación por el uso electoral de recursos estatales y la ausencia de independencia política de la candidata. Aunque el oficialismo confía en que la alta popularidad de Chaves, cercana al 50%, se transfiera a Fernández, el desafío es superar la percepción de que sería una mera ejecutora del actual presidente.
La oposición, aunque dividida, advierte sobre el riesgo de permitir que el chavismo político se perpetúe. Figuras como Álvaro Ramos, Claudia Dobles y Fabricio Alvarado buscan capitalizar ese temor. La fragmentación podría favorecer al oficialismo, pero también existe la posibilidad de que el rechazo a Chaves y a su candidata se una en una segunda ronda.
El concepto de "tercera República" es visto por críticos como un eufemismo para reformar instituciones en favor del oficialismo. Organizaciones civiles advierten que, bajo el argumento de la eficiencia y la transparencia, podría abrirse la puerta a cambios que concentren más poder en el Ejecutivo.
La dependencia total de Fernández respecto al capital político de Chaves representa tanto su principal fortaleza como su mayor debilidad. Si la popularidad del presidente cae o surgen nuevos escándalos, su candidatura podría desmoronarse rápidamente.
La postulación de Laura Fernández es interpretada por amplios sectores como un intento de continuidad del chavismo político más que como un proyecto propio. El éxito de su campaña dependerá de si logra despegarse de la sombra de Chaves o si queda atrapada como una extensión de su mandato.