
En julio, el costo de la canasta básica alimentaria (CBA) y de la canasta básica total (CBT) registró un incremento de 1,9% respecto de junio, en línea con la inflación general, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
La CBA, que fija el umbral de indigencia y contempla únicamente los alimentos necesarios para cubrir los requerimientos calóricos y proteicos mensuales de una persona adulta, acumula en lo que va del año una suba del 14,7% y muestra un alza interanual del 27,0%.
Por su parte, la CBT, que amplía la CBA incorporando bienes y servicios no alimentarios -como transporte, vestimenta, educación y salud- para estimar la línea de pobreza, acumula un incremento del 12,2% en 2025 y una variación interanual del 27,6%.
Adulto equivalente:
Hogar tipo de cuatro integrantes (dos adultos y dos niños):
La canasta básica alimentaria está compuesta por productos como pan, fideos, arroz, carnes, frutas, verduras, lácteos, aceites y bebidas, entre otros, en cantidades definidas según hábitos de consumo relevados por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares.
La canasta básica total parte de la CBA y la amplía con gastos indispensables no alimentarios, siguiendo el llamado “coeficiente de Engel”, que estima la proporción de los gastos en comida sobre el total de gastos de los hogares e incluye: servicios, salud, indumentaria, entre otros.
Más allá de ser la base estadística para definir los umbrales de pobreza e indigencia, estos valores exponen la tensión entre el costo de vida y los ingresos.
En julio, el Salario Mínimo Vital y Móvil fue de $317.800, es decir, $54.159 menos que la CBT para un adulto equivalente ($371.959). Esto significa que un trabajador que percibe el ingreso mínimo no alcanza a cubrir siquiera la línea de pobreza individual, y queda todavía más lejos de cubrir el costo de una canasta para un hogar tipo de cuatro integrantes ($1.149.353).
Esta brecha refleja que, incluso con empleo formal, una parte significativa de la población enfrenta dificultades para llegar a fin de mes, lo que condiciona el acceso a bienes y servicios básicos y limita la recuperación del consumo. Especialistas advierten que, con las recientes subas en el dólar y en alimentos, el dato de agosto podría mostrar una aceleración en estos valores.