
Luego de que la Justicia condenara a Claudio Contardi a 19 años de prisión por abuso sexual agravado contra sus hijos, el escritor y militante libertario Nicolás Márquez, conocido como biógrafo de Javier Milei y figura visible de la “batalla cultural”, cuestionó la denuncia que derivó en la condena.
En un tuit -que luego borró- Márquez insinuó que resultaba “difícil de creer” que una mujer pública como Julieta Prandi hubiera sufrido abusos sin denunciarlo antes, sugiriendo dudas sobre la sentencia.
El cantante Emanuel Ortega, pareja de Julieta Prandi, reaccionó de inmediato y con dureza: “Tus reflexiones alarmantemente retrógradas, machistas… dejan en evidencia tu enanismo intelectual. Ganas de cagarte bien a trompadas, no solo por meterte con mi pareja, sino con una víctima de las peores aberraciones que una mujer puede soportar. Lo invito a que se llame a silencio. Si no lo hace, que me lo diga en la cara.”
Su respuesta encendió un debate en redes, donde cientos de usuarios respaldaron sus palabras y cuestionaron a Márquez.
En ese aspecto, el periodista Manu Jove criticó el mensaje de Márquez y lo vinculó al discurso oficial libertario: “La Justicia acaba de condenar a un tipo por ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL y uno de los representantes de ‘la batalla cultural’ del Gobierno tarda menos de 15 minutos en ponerlo en duda (…) ¿Este tipo es un presunto faro moral de los libertarios? Lamentable.”
La Justicia acaba de condenar a un tipo por ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL y uno de los representantes de “la batalla cultural” del Gobierno tarda menos de 15 minutos en ponerlo en duda porque a él, que aclara no conocer a los protagonistas, “le cuesta creerlo”. Su argumento… https://t.co/qWRW5v8lFj
— Manu Jove (@manujove) August 13, 2025
El episodio se convirtió en un problema político para el entorno de Milei: Márquez no es un militante anónimo, sino una figura que suele ser invitada a actos y medios cercanos al oficialismo, y su libro sobre el Presidente fue promocionado como un aporte a la construcción ideológica libertaria.
La defensa implícita al condenado y el ataque a la víctima provocaron rechazo transversal y reavivaron cuestionamientos sobre el discurso oficial respecto de la violencia de género.