
Marcelo Salas, uno de los futbolistas chilenos más destacados de los años 90 y símbolo de River Plate, estuvo muy cerca de vestir la camiseta de Boca Juniors en agosto de 1996. Sin embargo, el acuerdo nunca se concretó, a pesar de los esfuerzos del club y del propio jugador, que en ese momento se encontraba en la cima de su carrera en la Universidad de Chile y ya despertaba interés internacional.
El “Matador” Salas había sido clave en la obtención de los bicampeonatos en Chile en 1994 y 1995, y en 1996 había llevado a la U a las semifinales de la Copa Libertadores, siendo eliminado por River Plate, que finalmente conquistó el título continental. La notable actuación del jugador, llamó la atención de Mauricio Macri, entonces nuevo presidente de Boca Juniors.
El mandatario xeneize inició negociaciones y el jugador llegó a concentrar una noche con el plantel, sin embargo el pase se cayó por culpa de Carlos Bilardo. Según reveló el delantero, estuvo a punto de firmar con el club de la Ribera, pero las dudas del cuerpo técnico, bloquearon su llegada.
La intención de Salas y su representante era que el club comprara su pase y no llegar a préstamo, por lo que Macri le consultó al DT su opinión. Según Salas, “Bilardo dijo ‘nunca un chileno ha triunfado en Argentina’ y la negociación no prosperó”. Automáticamente, el Matador junto a su representante encararon para el norte de la Ciudad de Buenos Aires.
Finalmente, River Plate adquirió al atacante chileno por 3,5 millones de dólares, en un movimiento que marcó un antes y un después en su carrera. En River, Salas se convirtió en ídolo, conquistó múltiples títulos locales y fue figura en la selección chilena, además de establecerse como uno de los mejores delanteros de América Latina.
El primer gol del Matador en Argentina fue justamente en un Superclásico ante Boca, en La Bombonera, el escenario donde estuvo cerca de jugar en esa misma etapa. La ironía del destino quiso que ese fuera también su primer gol en un clásico de alto impacto, sellando una historia que pudo haber sido muy diferente si las negociaciones con Boca se hubieran concretado.
El paso de Marcelo Salas por River le permitió demostrar su talento en Argentina y en Europa, donde posteriormente jugó en la Lazio, y donde dejó una huella indeleble. La historia de su posible llegada a Boca permanece como uno de los grandes “qué habría pasado si” del fútbol argentino en los años 90.