
A principios de 1990, el entonces presidente Carlos Menem exigió en público la convocatoria del delantero Ramón Díaz para la selección nacional que iba a disputar la Copa del Mundo de la FIFA en Italia. Sus dichos iniciaron una serie de declaraciones, debates y tensiones que involucraron al técnico Carlos Bilardo y varios jugadores.
El 4 de febrero de 1990, Menem dijo que “el director técnico, Carlos Bilardo, cometería un error imperdonable si no convoca a Ramón Díaz para disputar el Mundial, porque le falta goles al equipo, entre otras cosas”. Aunque la hiperinflación alcanzaba el 80% mensual, el dólar se cotizaba en 2.500 Australes y el costo de vida se disparaba, Menem sabía que el fútbol también era una cuestión de Estado.
La declaración del presidente hacía foco en la actualidad de la sección, con povo volumen ofensivo y más de 700 minutos sin anotar. Ramón Díaz, que había brillado en River Plate con 123 y 57 goles hasta el momento, brillaba en el Mónaco y era visto como una buena alternativa. Sin embargo, no era tenido en cuenta por Bilardo, que se inclinaba por delanteros más ágiles como Claudio Caniggia.
Por si fuera poco, Menem no sólo pidió a Ramón, sino también a Héctor Enrique, mediocampista de gran nivel en México ‘86, lo que generó mayor revuelo. Sin embargo, Bilardo, que en ese momento se encontraba fuera del país en sus viajes, mantuvo una postura prudente: “Prefiero no opinar todavía”. La tensión creció y la interna escalaría hasta el punto de una reunión en Olivos para “arreglar” las diferencias.
El 17 de abril de 1990, en una cena en la quinta de Olivos, Menem y Bilardo asistieron acompañados por Julio Grondona, en un clima que parecía de reconciliación. Allí, el presidente aclaró que sus comentarios eran solo "de hincha" y que su función era “respetar la decisión final” del técnico, quien por su parte afirmó que “todo el mundo tiene derecho a opinar, pero la decisión final la toma el conductor”.
Aunque era lógico el pedido desde lo futbolístico, en la interna de la Selección, su presencia era casi imposible. Estaba muy identificado con César Luis Menotti y distanciado de Maradona —incluso enfrentados desde la época del Napoli—, por lo que Ramón Díaz nunca estuvo en los planes de Bilardo. Finalmente la cena cerró la polémica pero no hubo cambio de planes. Díaz no fue convocado y Enrique se quedó afuera al no recuperarse a tiempo de su lesión.