
En un escenario en el que cada movimiento financiero se amplifica por el mal manejo de la política monetaria, el ministro de Economía, Luis Caputo, envió un mensaje directo: “Lo último que vamos a hacer es dejar que vayan pesos a la calle”. La frase la pronunció en el streaming oficial del Palacio de Hacienda, “Tres Anclas”, realizado tras la licitación de deuda del miércoles, en la que solo se renovó el 61% de los $15 billones que vencían. Ese resultado implica que el lunes próximo se liberarán $5,8 billones a la plaza financiera, luego de que el Gobierno convalidara en la licitación una tasa de interés del 69%.
Entre analistas, la lectura fue inmediata: los bancos le soltaron la mano al Tesoro y la relación con el sistema financiero atraviesa un momento de tensión, con entidades molestas por las condiciones impuestas. El temor oficial es que buena parte de esos pesos se canalice hacia la compra de dólares o se filtre hacia los precios en plena recta final electoral.
La respuesta oficial no se hizo esperar. Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, pusieron en marcha un operativo para absorber la mayor cantidad posible de esa liquidez excedente.
Por un lado, el Tesoro anunció una nueva licitación extraordinaria para el lunes 18 de agosto, fuera del calendario habitual, con el objetivo de captar parte de esos pesos.
En el marco de los anuncios realizados por el BCRA con el objetivo de absorber los pesos excedentes en el mercado, la Secretaría de Finanzas anuncia una licitación fuera de calendario para este próximo Lunes 18 de Agosto.
— Pablo Quirno (@pabloquirno) August 14, 2025
Al respecto se ofrecerá:
✅ TAMAR a 28/11/25 (M28N5)…
Por otro, el Banco Central dispuso una suba adicional del 5% en los encajes bancarios, es decir, en la porción de depósitos que las entidades financieras deben inmovilizar en la autoridad monetaria.
Suba de encajes de BCRA 5% adicional se puede integrar con títulos públicos que serán licitados a partir de semana que viene solo a bancos pic.twitter.com/dA3r6zQgjl
— Ariel Sbdar (@arielsbdar) August 14, 2025
Bausili aclaró que no se trata de “ahorcar” al sistema financiero, sino de neutralizar el efecto expansivo de la licitación: “Lo que estamos haciendo con esta modificación de política de encajes es absorber los pesos que el Tesoro agregó a la economía. No estamos sacando pesos que ya existían y restringiendo algo. Hubo un evento que tiró nuevos pesos a la calle, y lo que hacemos es volver a llevarlos al equilibrio”, explicó.
En paralelo, Caputo reforzó su mensaje en redes sociales: “Si la no renovación no es entendida como un aumento de la demanda de dinero, esos pesos se esterilizarán, ya sea a través de encajes remunerados, no remunerados u otro mecanismo que el Central considere pertinente”. Incluso descartó que se utilicen esas divisas para comprar dólares: “No vamos a estar comprando dólares en esta situación, porque también sería inyectar pesos”.
Más allá de las explicaciones técnicas, el trasfondo político fue imposible de esquivar. Caputo reconoció que la tasa de interés no responde únicamente a variables monetarias, sino que también está influida por la coyuntura legislativa: “¿Cuál es la tasa de equilibrio en pesos de un Congreso que te mete doce leyes para romperte el equilibrio fiscal en dos semanas? Esto es coyuntural, hasta las elecciones”.
En la misma línea, el economista Ricardo Arriazu advirtió que el riesgo país, hoy en 700 puntos básicos, refleja que el exterior sigue viendo a la Argentina como un país sin cambios estructurales de fondo. Esa percepción, explicó, mantiene bloqueado el acceso al financiamiento internacional y obliga a sostener tasas elevadas.
El encarecimiento del dinero tiene efectos directos sobre empresas, familias y el propio Estado. Para Arriazu, en una economía donde el crédito representa menos del 5% del PBI, el golpe no es masivo en volumen, pero sí muy intenso en ciertos sectores productivos: “Esto debería ir bajando a medida que baje la incertidumbre, pero mientras el riesgo siga alto, las tasas de interés van a ser muy altas y la presión sobre el dólar también”.
El exviceministro de Economía Emanuel Álvarez Agis sumó otra crítica: la ausencia de un plan explícito que oriente las decisiones oficiales. “No está escrito en un papel qué quiere hacer el Gobierno, cuál es el objetivo y cómo lo va a conseguir”, señaló en diálogo con Radio con Vos, advirtiendo que los analistas se ven obligados a interpretar señales dispersas.
El lunes, cuando se concrete la licitación extraordinaria, el Gobierno buscará absorber buena parte de los $5,8 billones que quedarán sueltos en el mercado. El éxito o fracaso de ese operativo será clave para evaluar si la estrategia de “cepo a los pesos” logra contener la presión cambiaria y evitar un salto inflacionario en las semanas previas a las elecciones.
En el mientras tanto, el mercado sigue desconfiando, el crédito encarece el costo de la deuda y la política continúa cruzando el camino de la economía. En palabras de Arriazu: “La pregunta que siempre me hacen es: ¿por qué esta vez va a ser distinta? Y todavía no tenemos una respuesta convincente”.